CUBA.- Su “cercanía a la gente” y la “capacidad para estar donde haga falta” han hecho del primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel, un hijo muy querido en su natal Santa Clara, donde lo ven como el candidato “ideal” para sustituir el mes que viene a Raúl Castro en la Presidencia.
“Yo voto por él”, aseguró la veterinaria jubilada Lourdes Belmonte, quien lo recuerda “siempre en las calles junto a los trabajadores”, en sus tiempos como primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal) en la provincia de Villa Clara, en los noventa, los años más duros del “periodo especial”.
Díaz-Canel regresó hoy a la ciudad donde comenzó su carrera política para votar en los comicios generales para elegir a los diputados del nuevo Parlamento del país, quienes escogerán en abril próximo al primer presidente cubano que no llevará apellido Castro en casi 60 años.
El ingeniero de 57 años, favorito en todas las quinielas para protagonizar el cambio generacional prometido por el menor de los Castro, aspira a ser parlamentario por la capital central.
En consonancia con su imagen de dirigente asequible y cercano, Díaz-Canel se acercó caminando, bajo el fuerte sol mañanero, hasta el colegio electoral del barrio santaclareño Vigía, donde está empadronado.
Vestido con una sencilla camisa blanca y pantalón oscuro, el “número dos” del Gobierno cubano llegó de la mano de su segunda esposa, algo inusual en los dirigentes cubanos, que no suelen mostrarse en público con sus parejas.
En otro movimiento poco habitual, esperó más de 20 minutos en la fila para entrar a votar, tiempo que aprovechó para conversar de manera muy natural con sus electores, con los que también accedió a tomarse algunas fotos.
“Villa Clara siempre lo ha querido mucho, porque ha dejado su granito de arena aquí. Aunque esté lejos, no olvida su tierra (…) Se merece llegar a ser presidente, porque desde hace tiempo ha estado cerca de nuestros líderes. Tiene todos los conocimientos y es joven aún”, señaló la joven Yaily Llanes.
Miembro del PCC con 35 años, Llanes considera un deber participar en estas elecciones “históricas” y subraya que estaría “muy contenta” si al final, la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral) de la isla escoge a Díaz-Canel como el relevo de Castro.
Aunque ya no es el “muchacho que andaba las calles de Santa Clara”, para Santos Armando Borrell, Díaz-Canel aún es la “misma persona que se llevaba bien con todo el mundo”.
Este militar jubilado recuerda al dirigente “montando en bicicleta y a pie por los barrios”.
“Villa Clara lo quiere porque estaba donde se le necesitaba, en cualquier lugar. (…) Si fuera el próximo presidente sería una maravilla, el ideal”, insistió.
Tras emitir su voto, Miguel Díaz-Canel se detuvo a saludar a la multitud que lo esperaba fuera, a quienes afirmó que votar en las elecciones significa un “compromiso” con la Revolución, que está siendo “atacada” por EE.UU., que ha aprobado medidas “que ofenden y perjudican a millones de cubanos”.
“Estoy seguro que más tarde que temprano venceremos el designio imperialista y también derrumbaremos el bloqueo con el apoyo internacional contra EE.UU., y gracias a la resistencia y heroísmo de nuestro pueblo”, se despidió. (FUENTE: EL COMERCIO)