NUEVA YORK, EU.- Apple abandonará microprocesadores Intel en sus Macs y empezar a usar chips propios a partir de 2020 de acuerdo a Mark Gurman, quien tiene una reputación intachable a la hora de publicar sobre planes futuros de la empresa.
El plan de abandonar la dependencia de Intel es parte de una iniciativa llamada Kalamata la cual busca unificar la experiencia de uso en todos los dispositivos de la compañía, es decir iPhones, iPads y Macs. Aunque Gurman asegura que el plan ya está en marcha, de realizarse, requeriría varios pasos tanto por parte de Apple como por parte de desarrolladores.
La noticia ha sentado mal en Wall Street: las acciones de Intel han caído un 9% en los últimos minutos.
La tercera transición de arquitectura para las Mac
Steve Jobs y Paul Otellini en 2006 anunciando el primer MacBook Pro.
No es la primera vez que Apple decide migrar arquitectura de microprocesadores en sus Macs, de hecho es la tercera. La primera vez ocurrió cuando se cambió de los Motorola 68K, usados a partir de la Macintosh 128K hasta marzo de 1994 cuando la compañía lanzó el primer equipo con un procesador PowerPC.
Los microprocesadores PowerPC fueron una iniciativa conjunta entre Motorola, IBM y Apple. Representaba un paso inmenso en términos de desempeño. También inició la guerra de procesadores contra Intel. Apple aseguraba que sus chips, basados en una arquitectura RISC eran mucho más eficientes, capaces de ser mucho más veloces sin necesidad de consumir tanta energía,
De hecho, durante un buen periodo de tiempo, Apple fabricó equipos con procesadores PowerPC capaces de entregar un desempeño mucho mayor que PCs con procesadores Intel. Pero no fue para siempre.
Los PowerPC G5, aunque sumamente poderosos consumían tanta energía que Apple nunca fue capaz de calzarlos dentro de un portátil. Aunque los PowerBook G4 eran sumamente populares y representaban años de ventaja por encima de la competencia, en términos de desempeño, autonomía y diseño, Intel no solo pisó los talones, sino que con el tiempo adelantaron tanto en velocidad como en eficiencia. Los PowerBook G5 nunca llegaron.
Llegó el WWDC 2005 y Steve Jobs anunció lo que millones de fans de la compañía jamás imaginaron escuchar: Apple adoptaría procesadores Intel. Hoy nos parece algo normal, pero en aquella época era inconcebible. Aún así sucedió. Mac OS X siempre tuvo un “hermano gemelo” escondido que funcionaba sobre arquitectura x86. Apple hizo una transición bastante limpia por medio de binarios universales, es decir, aplicaciones compiladas para las dos arquitecturas.
Años más tarde se abandonó el soporte para PowerPC llevándonos a donde estamos hoy, en que Apple se vuelve a encontrar con el mismo problema: los procesadores Intel en las Macs representan dos problemas:
Dependencia en un tercero, en este caso Intel
Ya no son suficientes. Intel no ha sido capaz de adaptarse a los tiempos actuales en que se necesita procesadores extremadamente eficientes y rápidos. Apple ha sido capaz de diseñar chips ARM extremadamente rápidos en dispositivos ultraportátiles. Los iPads son más rápidos que la mayoría de los MacBooks. Eso no puede seguir sucediendo.
Por lo tanto Apple se embarca en un largo proceso de migración que, de acuerdo a Bloomberg, se anunciaría en 2020. Seguramente tienen a macOS funcionando bajo arquitectura ARM desde hace años. Seguramente Xcode permitirá compilar aplicaciones para las dos arquitecturas.
Si Apple es capaz de hacer la transición de la misma forma que en 2005, los consumidores no nos veremos afectados. A cambio tendremos portátiles mucho más livianos, mucho más delgados, con mucha más batería y sobre todo, mucho más rápidos.
De usar procesadores similares (…o los mismos) que en iPhones y iPads, es posible que la compañía esté desarrollando una versión de iOS para portátiles, una nueva generación del sistema operativo capaz de usar teclado y puntero, es decir, ratón o trackpad. (FUENTE: HIPERTEXTUAL)