CIUDAD DE MÉXICO.- Podría ser la crónica de un cónclave anunciado. O una escenificación del corrido Jefe de Jefes, de Los Tigres del Norte. O también una recreación de la novela El Padrino, de Mario Puzo. Lo cierto es que a las celebraciones de los 70 años del expresidente Carlos Salinas de Gortari, acudieron todos los que le deben favores, los que le temen, los que buscan su apoyo y muy pocos los que lo quieren. Prácticamente, ningún “ciudadano de a pie”, todos con un ejército de escoltas y muchas incógnitas sobre el futuro de la clase política que el festejado representa.
La celebración de los 70 años de Carlos Salinas de Gortari, el gran jefe de la tecnocracia devenida en cleptocracia (el gobierno de los ladrones) nos da una idea de las redes, favores y fervores declinantes en torno al mandatario más repudiado en los últimos 30 años.
Según la crónica del periódico Reforma, al convivio acudieron “los tres poderes de la Unión”: el primer mandatario Enrique Peña Nieto; el presidente de la Suprema Corte de Justicia, el ministro Luis María Aguilar; el “amigo” de siempre de Salinas, el ministro Eduardo Medina Mora; y el jefe de la bancada del PRI en el Senado, Emilio Gamboa Patrón, distanciado alguna vez de su exjefe y aliado, ahora vuelto a las andadas.
También acudió su sobrina Claudia Ruiz Massieu, y la titular de la gran “Estafa Maestra” en Sedesol y Sedatu, la señora Rosario Robles, que alguna vez fue jefa de Gobierno de la capital del país, aliada de Cuauhtémoc Cárdenas y enemiga política de Andrés Manuel López Obrador.
Entre los panistas salinistas acudieron el Jefe Diego Fernández de Cevallos, presunto abogado y asesor del candidato presidencial Ricardo Anaya, y el exsecretario de Gobernación calderonista, Fernando Gómez Mont.
No fue necesario que acudiera el candidato priista José Antonio Meade, que presume ahora ir contra la corrupción y contra el fuero presidencial, porque ahí estuvo su principal asesora y brazo derecho Vanessa Rubio, junto con el aspirante priista a Jefe de Gobierno, Mikel Arriola, colaborador cercano del penta-secretario.
De los convocados del gabinete peñista, la crónica de Reforma identificó no sólo a Rosario Robles, sino al nuevo secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida; al secretario de Hacienda y concuño del exmandatario, José Antonio González Anaya; al secretario de Salud y exrector de la UNAM, José Narro; al titular de Turismo e hijo del expresidente Miguel de la Madrid, Enrique de la Madrid; al titular de Economía y negociador del TLCAN, Ildefonso Guajardo; y el recién nombrado titular de la Sagarpa, el tamaulipeco Baltazar Hinojosa.
A este último, identificado como cercano colaborador de Tomás Yarrintgon, el narco gobernador tamaulipeco detenido en Florencia, no le importan ni los dichos ni los hechos. Baltazar Hinojosa no ganó la gubernatura por el PRI en el 2016, pero alcanzó un lugar en el gabinete, sin importar las denuncias que lo vinculan a la red de corrupción de Yarrington.
También estuvo presente el líder del sindicato petrolero Carlos Romero Deschamps, que presume sus relojes caros y su impunidad con fuero senatorial, junto con el director de Bansefi y exonerador de la Casa Blanca, Virgilio Andrade.
Entre los gobernadores priistas identificaron a Alfredo del Mazo Maza, del Estado de México, hijo de un viejo adversario de Salinas de Gortari en el gabinete de Miguel de la Madrid; al mandatario de Yucatán, Rolando Zapata Bello, anfitrión del arranque de la campaña de José Antonio Meade, y a Quirino Ordaz, de Sinaloa, quien “regaló” los mariscos que cenaron los presentes.
Exgobernadores, hubo pocos, según la misma crónica: Mariano González Zarur, de Tlaxcala, Carlos Lozano, de Aguascalientes; Eruviel Ávila, del Estado de México.
También estuvieron los “amigos de siempre”: Manlio Fabio Beltrones, exgobernador de Sonora y exdirigente nacional del PRI; el exdirector de Pemex y de la CFE, Francisco Rojas, junto con el actual titular de la paraestatal, Carlos Treviño, y el jefe del Infonavit, el hidalguense David Penchyna.
Salinas cumplió sus 70 años el pasado 3 de abril, pero los amigos, los excolaboradores y los aliados lo celebraron este fin de semana. Empresarios como Alonso Ancira, de Altos Hornos de México; Juan González, de Maseca, y Rogelio Zambrano, de Cemex, estuvieron presentes. Este último afirmó apenas la semana pasada que el “gran capital” no le tenía temor al triunfo de López Obrador en las elecciones presidenciales de este año.
De los parientes del festejado, estaba el “hermano incómodo” Raúl Salinas de Gortari, liberado en este sexenio, algunos de sus hijos, pero no se sabe si Emiliano Salinas, vinculado al fundador de la secta Nexium, Keith Raniere, detenido en Puerto Vallarta, y sus colaboradores de siempre José Carreño, entre otros.
Para algunos observadores, más sintomáticas fueron las ausencias que las presencias. No estuvo el actual jefe de jefes, el canciller Luis Videgaray, de quien el senador Manuel Bartlett, afirma que es el nuevo bróker de los intereses norteamericanos frente a México.
Los “barones” de los medios no acudieron a la celebración: ni Emilio Azcárraga Jean, ni Ricardo Salinas Pliego, ni Carlos Slim, o alguno de los potentados recientes de los medios.
Muchos empresarios que se enriquecieron en el “sexenio que llegaríamos al primer mundo” tampoco acudieron y mucho menos su sucesor, némesis y adversario en la sombra: Ernesto Zedillo. (FUENTE: PROCESO)