JERUSALÉN.- La decisión de Estados Unidos de trasladar su embajada a Jerusalén, que abrirá la semana que viene, supone un reconocimiento de facto de la ciudad como capital de Israel y un desafío para los palestinos y el resto del mundo, en un contexto de tensiones en la región.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumplirá así su promesa de diciembre, que rompió con décadas de consenso diplomático y fue muy criticada.
La apertura, prevista el lunes, llega en un contexto especialmente tenso, tras semanas de enfrentamientos en la franja de Gaza entre palestinos e israelíes que dejaron varios muertos.
De acuerdo a uno de los funcionarios que dieron información sobre la ceremonia, el traslado de la embajada a Jerusalén es parte de los intereses de los EE.UU. y no parte de algún movimiento de “toma y daca” con Israel.
Con un mensaje de Trump y cientos de invitados será inaugurada la nueva embajada de EE.UU. en Jerusalén, e iniciará labores con un personal inicial de al menos 50 personas de manera temporal.
Eso fue lo que revelaron este viernes funcionarios de alto rango de la administración Trump, de acuerdo a la agencia AP, a sólo un par de días de distancia de que la nueva sede diplomática sea inaugurada en Jerusalén, justo en la fecha histórica en la que fue establecido el Estado de Israel en 1948.
Aproximadamente 800 invitados asistirán a la inauguración. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, hasta el miércoles, cerca de 30 de 86 embajadores en Israel habían aceptado la invitación, de acuerdo al portal Jerusalem Online. Aunque se han dado casos como el de Tamar Zandberg, presidenta del partido israelí de izquierda Meretz, que declinó asistir ya que su agrupación política, aunque desea ver a Jerusalén como capital de Israel con “fronteras acordadas y definidas”, se opone a cualquier “movimiento unilateral” respecto al status quo de la ciudad.
Los funcionarios comunicaron también que la comitiva oficial enviada por la administración Trump no se reunirá con ningún oficial palestino durante la visita a Israel. Los enviados oficiales norteamericanos son: John J. Sullivan, vicesecretario de Estado de EE.UU.; Jared Kushner, asesor y yerno del presidente; Ivanka Trump, asesora e hija del presidente; Jason Greenblatt, encargado oficial de negociaciones internacionales de Trump; así como David Friedman, embajador de EE.UU. en Israel.
El personal inicial de la embajada incluirá a los asistentes del embajador Friedman y a los funcionarios de EE.UU. que ya laboraban en la sede consular que ahora será la embajada, localizada en el barrio de Arnona, al sur de Jerusalén.
La cuenta oficial de Twitter de la embajada de EE.UU. en Israel, que simbólicamente cambió esta semana su nombre de usuario de USEmbassyTelAviv a USEmbassyJerusalem, publicó este viernes un pequeño clip en el que Friedman presenta algunos de los preparativos finales para la ceremonia. De acuerdo al mismo mensaje, la ceremonia será transmitida a las 15:30 p. m. de Israel (7:30 a. m. hora de México).
Aunque no asistirá oficialmente, el presidente Trump grabará un video especial para la ceremonia de inauguración, de acuerdo al porta Axios. De acuerdo a uno de los funcionarios que dieron información al respecto de la ceremonia, el traslado de la embajada a Jerusalén es parte de los intereses de los EE.UU. y no parte de algún movimiento de “toma y daca” con Israel dentro del marco de una posible negociación a futuro que implique a los palestinos. El funcionario dijo además que cree que el traslado de la embajada será positivo para el proceso de paz a largo plazo porque cualquier futura conversación de paz tendrá lugar “en base a la realidad y no a fantasías”.
“Los palestinos han tenido poder de veto durante los últimos 25 años sobre el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel. No ayudó en absoluto a avanzar en el proceso de paz. El movimiento de la embajada les dejará en claro a los palestinos que el mundo avanza y las circunstancias cambian, y deberían subirse a bordo antes de que los deje atrás”, dijo. (FUENTE: AGENCIAS)