LONDRES.- Tal como en los cuentos de hadas, el gran día del Príncipe Harry y Meghan Markle se ha visto sellado con un inolvidable beso. Convertidos en marido y mujer, el público pudo ser testigo del gran amor que se profesan gracias al beso que regalaron a la multitud. Después de darse el ‘sí, quiero’, frente a los 600 invitados que tuvieron la oportunidad de estar en la capilla de St. George en el Castillo de Windsor, los novios regalaron una mirada más íntima a la multitud que los esperaba.
Aunque en esta vez se extrañó el famoso balcón del Palacio de Buckingham, los novios utilizaron las escaleras a las afueras de la capilla como el escenario perfecto para responder a las peticiones del público. ¿Qué querían? Un beso y antes ese tipo de demandas no hay quien pueda decir que no -y si somos honestos no se hicieron mucho del rogar, de hecho el beso se dio sin la menor provocación-. Como suele ser en estos casos, se mantiene el protocolo –dentro de lo que cabe- por lo que se trató de un beso rápido, entre risas y fiel a la personalidad alegre de los enamorados.
Detrás de ellos, el Príncipe Carlos platicaba con Doria Ragland, mientras del otro lado, la Princesa Charlotte preguntaba algo a su mamá, la Duquesa de Cambridge, antes de que se robara el corazón de todos haciendo su ya famoso saludo. Por supuesto, todos los ojos se posaron sobre los novios, que discretos solo regalaron un beso al público.
La escena recordó mucho a la que se vivió hace siete años, cuando los Duques de Cambridge hicieron lo propio en el balcón del Palacio de Buckingham con el Príncipe Harry como testigo. En aquel entonces Kate estaba un poco apenada ante la petición y accedió a un pequeño beso, pero ante la insistencia de la multitud, con un tierno ‘te quiero’, el Príncipe William la convenció de dar uno más para beneplácito de todos. (Fuente: Hola)