COREA DEL NORTE.- En otro indicio de la distensión posterior a la cumbre entre el gobernante Kim Jong Un y el presidente Donald Trump, Corea del Norte ha decidido saltarse uno de los actos políticos más simbólicos de su calendario: la manifestación anual “contra el imperialismo estadounidense” con la que conmemora el inicio de la Guerra de Corea.
Cada año en forma habitual, habitantes de Pyongyang participaban en una manifestación multitudinaria en la que ondeaban banderas, agitaban puños y gritaban lemas para marcar el inicio de un mes de actos políticos de repudio a Estados Unidos y relacionados con la Guerra Coreana con el propósito de fomentar el nacionalismo y la unidad.
Todo concluye el 27 de julio, un feriado nacional en Corea del Norte llamado el día de la “Victoria en la Guerra de Liberación de la Patria”.
El año pasado, esta concentración se efectuó en la plaza Kim Il Sung con la asistencia según cifras oficiales de 100.000 personas. Corea del Norte incluso emitió estampillas postales especiales antiestadounidenses.
Las autoridades no han hecho declaraciones sobre la decisión de no efectuar el acto este año. Sin embargo, el personal de The Associated Press en la capital norcoreana confirmó el lunes que no tendría lugar.
Corea del Norte redujo notablemente su discurso contra Washington en los últimos meses para crear un ambiente más conciliador con vistas a la cumbre y evitar el fracaso de los intentos de ambas partes para reducir las tensiones e incrementar el diálogo.
La prensa estatal en Corea del Norte ha difundido a gran escala textos, fotografías y videos sobre la reunión del 12 de junio entre Trump y Kim en Singapur.
Un especial noticioso tipo documental de 42 minutos fue transmitido en la red de la televisión estatal dos días después de la cumbre y es repetido con frecuencia, lo que significa que posiblemente haya pocos norcoreanos que no estén enterados de los cambios que se han gestado. Posiblemente el programa haya servido para que muchos norcoreanos conozcan por primera vez el aspecto físico de Trump.
Sin embargo, Corea del Norte ha persistido en matizar la manera como ha manejado los cambios y la manera como los ha presentado a sus habitantes.
Hasta el momento, Corea del Norte no ha informado mucho sobre lo que más interesa a Washington: la desnuclearización. Sin embargo, ha reducido considerablemente las referencias a su necesidad de poseer armas nucleares en comparación con el año pasado, cuando Kim efectuó disparos de prueba de misiles de largo alcance a un ritmo sin precedentes y las tensiones con Washington estuvieron cerca del punto de ebullición.
La postura menos estridente de Corea del Norte en los últimos días que es muy marcada pone de relieve la delicada posición en la que el país se encuentra después de décadas de presentar a Estados Unidos como su archienemigo.
La prensa estatal se ha referido a Trump en una forma totalmente distinta en sus contenidos sobre la cumbre, lo menciona por su nombre completo y le agrega el título de presidente de Estados Unidos de América, un contraste muy discordante respecto del estilo previo de solo señalar el apellido de funcionarios estadounidenses sin precisar su cargo.