CIUDAD DE MÉXICO.- Hace dos años Popi, un perro mestizo, caminó junto con un grupo de peregrinos desde el Estado de México hasta la Basílica de Guadalupe, donde quedó a su suerte después de que los feligreses regresaron a su casa, pero una asociación protectora de animales lo rescató para darlo en adopción. Sin embargo, hasta hoy no ha logrado conseguir un hogar.
Muchas historias como la de Popi se repiten cada año en las peregrinaciones al templo mariano. De acuerdo con Leticia Varela, diputada local de Morena, son entre 150 y 200 los canes abandonados en estas fechas.
Tan sólo la asociación Mundo Patitas reporta haber rescatado en los últimos seis años a 84 ejemplares que también quedaron varados en el atrio de la Basílica, por lo que reciben la denominación de “perros peregrinos”.
Norma Huerta, presidenta de esta organización, indicó a La Razón que seguramente Popi siguió a los peregrinos porque lo alimentaron y le dieron muestras de cariño. Y aunque esto pareciera ser un acto de humanidad, podría también ser el camino para destinar al perro a la muerte.
Según la exintegrante de Greenpace, los canes que son abandonos en las inmediaciones del centro religioso pueden ser recogidos por la perrera o envenenados por los locatarios, porque al término de las festividades del 12 de diciembre representan “una plaga”.
La activista recuerda que el rescate de Popi no fue difícil para los brigadistas pues, como miles de perros en situación de calle, buscan comida, por lo que con ofrecerle alimento lograron colocarlo en un corral. Sin embargo, a dos años de estar en el refugio, aún espera encontrar un hogar.
Huerta refiere que para rescatar a los canes, primero libró una batalla contra las autoridades eclesiásticas, quienes pedían que la perrera recogiera a los perros varados. También se enfrentó a los ambulantes y locatarios que envenenaban a los animales para deshacerse de ellos.
Todos los años “perros peregrinos” son abandonados en la Basílica de Guadalupe ▶️🐕🐩 pic.twitter.com/0ytu1kr3wX
— El Universal (@El_Universal_Mx) December 11, 2019
No obstante, el enemigo con el que sigue peleando son las presuntas asociaciones que, señaló, dicen ser pro vida, pero en realidad son personas que se dedican a sacrificar canes, y que se disfrazan de activistas para tener presencia en el recinto eclesiástico.
“Los perros peregrinos son abandonados a su suerte en La Villa. Al estar lejos difícilmente encontrarán el camino de vuelta a casa y terminarán muriendo de hambre, sed, frío o serán atropellados”
Leticia Varela
Diputada local de Morena
La representante de Mundo Patitas enfatizó que la problemática de los “perros peregrinos” no necesariamente es culpa de los feligreses que los alimentan, sino de las matanzas o los actos de crueldad que se dan después de que quedan varados.
Detalló que su agrupación busca desarrollar un programa social con autoridades para dar solución a este fenómeno. Por lo mientras, la asociación anunció la colocación de un stand en el atrio de la iglesia para tratar de llevarse a la mayor cantidad de canes abandonados que pueda, pues los recursos de la asociación también son limitados.
Al respecto, la diputada local Leticia Varela solicitó a las autoridades de la alcaldía de Gustavo A. Madero, a la Policía de la Brigada Animal y a la Agencia de Atención Animal (Agatán) coordinar acciones para implementar operativos de vigilancia y rescate de los animales que son olvidados o abandonados en el templo católico.
El Dato: Mundo Patitas hizo un llamado para que la gente adopte un perro peregrino o realice un donativo en especie a su Acopio Navideño del próximo 17 de diciembre en el Parque México.
La morenista resaltó la necesidad de que las autoridades locales tomen acciones concretas para crear conciencia entre las personas sobre proteger y evitar el abandono de “perros peregrinos”, que dijo, asciende a entre 150 y 200 al año.
“Los perros peregrinos son abandonados a su suerte en la explanada de la Villa de Guadalupe. Estos animales de compañía, al estar lejos del lugar donde salieron difícilmente encontrarán el camino de vuelta a casa y terminarán muriendo de hambre, sed, frío o serán atropellados en alguna avenida cercana, además del maltrato que sufren en las calles por personas que los patean o apedrean para correrlos de ese lugar”, aseveró. (FUENTE: LA RAZÓN)