MADRID.- Lucia Bosè, madre del cantante Miguel Bosé, ha fallecido este lunes a los 89 años, según ha avanzado la Cadena Ser. De joven tuvo una larga carrera como actriz en su país natal, Italia, pero tras su matrimonio con el torero Luis Miguel Dominguín la aparcó, dedicándose por entero a su familia. Es madre también de la actriz Paola Dominguín y de Lucía Dominguín.
Bosé residía en Brieva y en el 2000 abrió el primer Museo de Ángeles del mundo en el pueblo segoviano de Turégano, que cuenta con más de ochenta obras de artistas contemporáneos procedentes de diversos países, así como diversas esculturas angelicales.
Miguel Bosé ha querido comunicar la noticia a través de su cuenta personal en twitter: “Queridos amig@s … os comunico que mi madre Lucia Bosè acaba de fallecer. Ya está en el mejor de los sitios”, ha escrito el popular artista, que ha recibido las condolencias de compañeros de profesión como Roko, Mónica Naranjo o David Summers.
Uno de los primeros en reaccionar ha sido Alejandro Sanz: “Maestra en el arte de ser tú misma. Descansa en paz mi querida Lucía Bosé”, ha escrito el cantante madrileño.
Nacida en Milán, Bosè trabajaba en una pastelería cuando ganó el concurso de Miss Italia 1947, un trampolín que la llevó hacia el cine. En la industria del séptimo arte participó en medio centenar de películas en una carrera profesional que arrancó en 1950. Ese año debutó como protagonista de un largometraje en Non c’è pace tra gli ulivi (1950) de Giuseppe de Santis, último capítulo de la trilogía campesina del maestro neorrealista en el cual tiene el papel de una pastora de la Ciociaría, al lado de actores tan prestigiosos como Raf Vallone y Folco Lulli.
Entre sus cintas más conocidas destaca Los extraviados, de Francesco Maselli o Muerte de un ciclista, obra maestra de Juan Antonio Bardem. Fue precisamente durante su estancia en España para el rodaje de este filme cuando conoció a Luis Miguel Dominguín en una fiesta celebrada en la Embajada de Cuba.
Siguió con su carrera cinematográfica a las órdenes de cineastas como Luis Buñuel (Así es la aurora, 1956), Jean Cocteau (El testamentoi de Orfeo, 1960), Pere Portabella, exponente destacado de la escuela de Barcelona, con Nocturno 29 (1968), o Federico Fellini en una breve escena en Fellini Satiricon, 1969). Pero el gran papel de su vida fue el de La señora García se confiesa, la serie escrita y dirigida por Adolfo Marsillach, coprotagonista además de la historia.