CANCÚN.- Las cárceles del estado y del país son una “bomba de tiempo” por su vulnerabilidad ante el coronavirus COVID-19, al carecer de recursos financieros, humanos o de infraestructura para lidiar con un brote interno, concordaron expertos, quienes estiman que hay cerca de 200 casos de esta enfermedad al interior de los penales, sin que se informe de ello.
Integrantes de asociaciones civiles y directivos del sistema penitenciario participaron en una mesa de análisis, titulada “Violencia, Seguridad y Derechos Humanos ante el Covid-19 en México”, realizada por medio de videocoferencia con integrantes de la prensa quintanarroense.
Allí, Saskia Niño de Rivera, directora general de la asociación civil Reinserta dijo que es preocupante las falta de confiabilidad de las cifras de contagios, por ejemplo con el alza de casos de neumonías atípicas, y es en las cárceles donde más puede darse este ocultamiento de datos, al no poder saberse con certeza lo que ocurre en su interior, salvo por lo que las autoridades decidan dar a conocer.
Indicó que en la Ciudad de México deben existir cerca de 60 casos de COVID-19, razón por la que ya se han adecuado dormitorios especiales, igual que en el Estado de México, pero todavía no se dotan de suficientes cubrebocas o equipo a nivel nacional, donde se estima los casos pueden ser 200.
En Quintana Roo, ya se tiene un interno confirmado con COVID en Playa del Carmen, además de un custodio en Cancún y un médico adscrito al Centro de Readaptación Social de Cozumel.
Apolonio Armenta Parga, titular de la Unidad del Sistema Estatal Penitenciario de Coahuila, concordó en que las cárceles son una “bomba de tiempo”, pues únicamente los Ceferesos tiene condiciones para lidiar con una emergencia.
“Se pueden habilitar áreas de aislamiento, pero no hay ventiladores o equipo para los casos graves”, advirtió, añadiendo que solo 200 casos para una población de 200 mil reos es un alivio.
“Nuestra apuesta como sistema penitenciario es evitar que ingrese. No hay ni recursos médicos y personal para atender esta contingencia”, señaló,
Eduardo Guerrero Durán, asesor en materia penitenciaria, también enfatizó en la necesidad de aislar a esta población, suspendiendo visitas, incluso de jurídicos, además de acuartelar a todo el personal, quienes pueden traer esta enfermedad desde sus hogares.
También descartó que exista una falta de coordinación en los penales, pues la realidad es que lo que hay es una falta de recursos.
“Hay mucho esfuerzo en una labor muy complicada, porque sin recursos, esto no funciona; se necesita para infraestructura, sueldos, buena alimentación”, comentó.
Son pocos los estados que han demostrado voluntad política para mejorar las condiciones al interior de los penales. (Agencia SIM)