CHETUMAL.- Como parte de la estrategia del gobierno de Quintana Roo tendiente a que a población se vuelva más apta para convivir con el Covid-19, los poco más de 10 mil empleados de hoteles y servicios turísticos que se reincorporaron ayer a sus labores, serán la punta de lanza para replicar en sus hogares y en la comunidad la nueva cultura de resiliencia, prevención y hábitos de higiene indispensables para reducir contagios y salvar vidas.
En el primer día de la reactivación turística en la zona norte de Quintana Roo abrieron 41 hoteles, equivalentes a 7 mil 455 habitaciones que generan, cada una, 3.5 empleos directos. Esos centros de hospedaje se encuentran operando al 30% de su capacidad por lo cual se estima que, en esta primera semana, se reincorporaron a sus labores poco más de 10 mil empleados capacitados previamente en los protocolos de sanidad e higiene para evitar contagios por Covid-19.
Al reactivarse de manera gradual la industria turística el gobernador Carlos Joaquín ha insistido en que “no hemos salido de la pandemia, salimos de casa con la pandemia”, convocando a la población que no tenga que salir por actividades esenciales, a que permanezca en sus casas.
En constantes reuniones con el sector turístico y empresarial, Carlos Joaquín ha estado pendiente de que la industria aplique las medidas de salubridad e higiene que contempla el protocolo para convivir, en esta etapa, con el virus y reducir su capacidad de transmisión. Bajo su conducción el gobierno estatal planteó un plan complementario al de la federación para reactivar la economía a partir del 8 de junio, lanzando antes la certificación turística voluntaria a la que ya se han inscrito más de 4 mil empresas y logrando que Cancún fuera el primer destino de América en recibir el Sello de Seguridad Global que entrega el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC).
La capacitación que en este marco han recibido los empleados hoteleros y de servicios turísticos es parte de una estrategia de gobierno más amplia, que contempla ir construyendo una cultura colectiva que haga a la población más apta para convivir con el Covid-19.
Más que cuando estaban en confinamiento, los ciudadanos que vayan reintegrándose a sus centros de trabajo vivirán minuto a minuto las medidas de prevención que así, irán replicando bajo esta experiencia en sus hogares y, por ende, en la comunidad.