MÉRIDA.- Directores nacionales de la CFE afirmaron ayer que son pocas las quejas en Yucatán y Quintana Roo por “recibos locos” derivados de alto consumo de energía eléctrica durante la pandemia.
Llamaron “recibos locos” a la facturación de consumo de electricidad que rebasa el monto histórico mensual o bimestral del usuario, y aseguraron que las quejas en todo el país disminuyeron “de 979,000 reportes recibidos en 2019 a 890,000 en lo que va de 2020”, aunque apenas corre el primer semestre de este año.
Sobre las versiones periodísticas que aseguran la existencia de incrementos desproporcionados en la facturación de electricidad, José Martín Mendoza Hernández, director de Suministrador de Servicios Básicos de CFE, dijo que, por alto consumo, al cierre de mayo se han registrado 80,000 quejas menos en comparación con el mismo período de 2019. Como ejemplo señaló que, a pesar de lo reportado en medios, en mayo en el estado de Puebla se reportaron solo 42 quejas por alto consumo, de un total de 2 millones de clientes.
En una mesa de análisis virtual sobre tarifas eléctricas, autoabasto de electricidad y la nueva Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional, Mendoza Hernández afirmó que en Quintana Roo hasta el viernes 5 había 295 quejas por “recibos locos” y en Yucatán una cifra similar, y ya trabajan para corregirlas.
“Generalmente las quejas son de clientes de clase media con comodidades que no tienen los clientes de servicio básico y en ese sentido tuvieron un aumento de hasta 300% por alto consumo por su prolongada permanencia en los hogares” y mayor consumo energético.
“La tarifa de alto consumo es para diferenciar sobre los que tienen la tarifa básica”, explicó. “Cuánta gente duerme con la televisión prendida, prende sus aparatos y aires acondicionados todo el día, en cambio, el sector doméstico sí creció el consumo por el confinamiento pero usa lo básico para cumplir con los tres principios primordiales: seguridad con el alumbrado, alimentación con los equipos de almacenamiento y la higiene basada en el consumo de agua potable, plancheo, lavado de ropa; el confort es lo que cuesta más porque normalmente es un 15%, pero ahora subió un 80% y eso originó el aumento en la facturación”.
Reiteró que ante el aumento del consumo de electricidad en los hogares el acuerdo con Hacienda es evitar que se reclasifiquen las tarifas como De Alto Consumo (DAC) en esta pandemia, lo que ocasionaría que los clientes pagaran el precio real de la energía ($4 por megawatt-hora), en vez del costo subsidiado (de hasta 80 centavos por megawatt-hora). “Solo en abril fueron beneficiados un millón 200 mil clientes y en mayo más de 2 millones de clientes, lo que significó que la CFE dejara de cobrar $3,799 millones”, dijo.
Consideró que es imposible que la CFE deje de cobrar lo justo del consumo de los usuarios porque tiene obligaciones de pago con proveedores de combustibles y productores privados de energía. “Los costos no incluyen ninguna ganancia para la empresa”, aseveró.
“CFE lleva 500,000 cortes del servicio a usuarios morosos y recurre a esta medida para obligar al pago porque los proveedores no dan crédito, por ello la empresa quiere retomar su vocación social que es llevar electricidad a todos sin tener ganancias”.
Por su parte, Mario Morales Vielmas, director general Intermediación de Contratos Legados, explicó que previo a la Reforma Energética existía la figura de autoabastecedor, la cual permitía a las grandes industrias generar su propia electricidad. Sin embargo, el espíritu del autoabasto se deformó y hoy existen sociedades simuladas, con hasta 10 mil socios, para comprar y vender energía fuera del Mercado Eléctrico Nacional.
Señaló que, aunque hay un cumplimiento aparente de la normatividad, se trata de una simulación que costó a la CFE $7,820 millones en 2018; $7,000 millones en 2019 y se calcula que este año alcanzará los $8,000 millones. “Toda esta pérdida la cubre la CFE Suministrador de Servicios Básicos. Todas esas simulaciones ya crearon un mercado negro eléctrico por más de $22,820 millones en los últimos tres años”.
Mario Morales precisó que debido al otorgamiento indiscriminado de permisos de generación de electricidad por parte de la Comisión Reguladora de Energía actualmente existe una sobrecapacidad de generación eléctrica de 81,500 megawatts (mw), cuando la demanda promedio es de 35,000 mw y la máxima apenas alcanza los 49,000 mw.
También precisó que los lineamientos del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) para frenar que los parques eólicos y solares se incorporen al sistema nacional eléctrico es temporal, pero las empresas tramitaron amparos y el gobierno federal también responderá jurídicamente.
El moderador de la mesa de análisis fue Luis Bravo Navarro, coordinador de Comunicación Corporativa de CFE.— Joaquín Orlando Chan Caamal. (Diario de Yucatán)