CDMX.- A petición del Buró de Investigación Federal de Estados Unidos (FBI), la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de México investiga las presuntas operaciones de lavado de dinero de una banda originaria de Rumania involucrada con el saqueo de cajeros automáticos en Cancún y en otros destinos turísticos del país mexicano.
A la fecha, la institución encargada de investigar los casos de lavado de dinero en México, ha logrado documentar que los integrantes de la banda han traspasado recursos a cuentas bancarias de parientes, amigos y de empresas, quienes presuntamente han utilizado ese dinero para adquirir inmuebles en México y en el extranjero.
La UIF tiene indicios de que éste es el mecanismo para lavar el dinero extraído en forma ilícita de los cajeros automáticos.
El FBI investiga a Tudor, como seguimiento a las denuncias que ciudadanos estadounidenses han presentado por el robo que sufrieron en cajeros automáticos, cuando pasaron sus vacaciones en México.
En el esquema que ha logrado trazar la UIF que encabeza Santiago Nieto en torno a las operaciones de esta banda criminal, aparecen transacciones en las que están implicadas entre sí al menos ocho empresas cuya sede está en México y una más en Rumania.
En el centro de esta investigación de la UIF se encuentra la empresa Top Life Servicios SA de CV, creada en diciembre de 2013 por Adrian Constantin Tiugan, un delincuente de Rumania que tenía órdenes de detención internacionales por haber participado en un esquema de saqueo de cajeros automáticos en Italia y el Vaticano.
Tiugan creó Top Life en Quintana Roo con un permiso migratorio expedido a nombre de Paul Daniel Ionete, un delincuente rumano de bajo perfil dedicado al tráfico de drogas al que le usurpó la identidad.
El 1 de marzo de 2014, esa empresa firmó un contrato con banco Multiva para colocar cajeros automáticos en distintos puntos del país. La banda llegó a controlar 100 cajeros con chips instalados en ellos, y en promedio cada máquina copiaba cada mes unas mil tarjetas, según reveló un ex integrante de la banda que se convirtió en testigo de la Fiscalía rumana, que también investiga este caso.
“Retirábamos alrededor de 200 dólares de cada una de estas tarjetas. 20 millones de dólares retirados cada mes”.
La organización criminal, con ramificaciones en tres continentes, saqueó entre 2014 y 2019 unos 1,200 millones de dólares de cajeros automáticos alterados que colocó en algunos de los principales destinos turísticos de México, reveló una investigación conjunta de OCCRP (Organized Crime and Corruption Reporting Project), Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI); la organización Quinto Elemento Lab y Rise Project, que fue publicada el pasado 3 de junio.
La investigación periodística documentó que algunas de las tarjetas clonadas en centros turísticos de México eran utilizadas para sacar el dinero en otros países.
Los skimmers y recaudadores de la banda operaban en Indonesia, India, Barbados, Granada, Paraguay, Brasil, Japón, Corea del Sur y Taiwán.
Colaboración con FGR
Santiago Nieto, titular de la UIF, confirmó que esa dependencia, en colaboración con la Fiscalía General de la República (FGR), investiga las operaciones de la banda de origen rumano. Informó que se tiene identificada a una persona física y a tres personas morales -de las que no proporcionó nombres- que son las encargadas de hacer los fraudes financieros con la colocación de cajeros automáticos en Cancún.
“Una de las (personas) morales sus accionistas son rumanos que han enfrentado cargos por narcotráfico”, mencionó Nieto.
“Otra de las empresas lo que hace es recibir recursos de las empresas que comercializan las máquinas y los trasladan a inmobiliarias en Cancún y en la ciudad de México con un socio también de origen rumano buscado por la Interpol”.
Aunque no dio detalles, confirmó que recibieron una solicitud de colaboración del FBI para rastrear las operaciones financieras de la banda rumana.
Una petición similar de trabajo conjunto había sido enviada en abril del año pasado a la FGR para investigar el fraude, la clonación de tarjetas bancarias y el lavado de activos que presuntamente llevaban a cabo la banda dirigida por Florian Tudor, un ciudadano rumano con domicilio en Quintana Roo.
El Universal