BEIRUT.- El presidente de Líbano, Michel Aoun, afirmó ayer que la investigación sobre la mayor explosión en la historia de Beirut examinará si fue causada por un misil u otra “interferencia externa”, en momentos en que la búsqueda de sobrevivientes se intensificó.
La causa no ha sido determinada aún. Existe la posibilidad de una interferencia externa a través de un cohete o una bomba u otro acto”, indicó Michel Aoun en conferencia de prensa.
Además, dijo que supo que almacenaban explosivos en Beirut tres semanas antes del suceso que ha dejado 154 muertos y unos cinco mil heridos y que ordenó que se tomaran medidas.
Asimismo, señaló que también se analizará si la explosión fue por negligencia o un accidente.
Luego de la explosión ocurrida el martes, autoridades libanesas indicaron que había material altamente explosivo almacenado en condiciones inseguras desde 2013 en el puerto y una fuente afirmó que una pesquisa inicial apuntó a una negligencia en el almacenamiento del material explosivo.
¿Saben cuántos problemas se han estado acumulando?’’, respondió Aoun al ser cuestionado sobre el seguimiento a su orden de tomar medidas sobre el almacenaje de las dos mil 750 toneladas de nitrato de amonio en el puerto.
El material estaba allí desde hace varios años, desde 2013. Ha estado allí y ellos dijeron que es peligroso y yo no soy responsable. No sé dónde fue colocado. No sé siquiera el nivel de peligro’’, dijo Aoun.
HEZBOLÁ SE DESLINDA
Sayyed Hassan Nasrallah, líder de la organización libanesa Hezbolá, negó lo que calificó como comentarios “preconcebidos” tanto en el país como en el extranjero sobre que el grupo chiita respaldado por Irán tenía armas almacenadas en el puerto y está detrás de la explosión que dejó al menos 154 muertos.
Incluso si un avión chocó, o si fue un acto intencional, si este nitrato estuvo en el puerto durante años de esta manera, significa que parte del caso es absolutamente negligencia y corrupción”, sostuvo.
En medio de las investigaciones, las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos contra una multitud indignada que se congregó en Beirut la madrugada de ayer, mientras crece la ira contra la elite gobernante, que ya luchaba contra un colapso económico antes de la explosión.