CDMX.- El plan B del Gobierno mexicano para cubrir la escasez de vacunas aún no ha podido concretarse. Las negociaciones con Rusia han retrasado el primer envío de la Sputnik V a México, previsto para esta semana, sin que se haya definido aún un plazo para la entrega. Los imprevistos han dejado en un limbo al país latinoamericano, que a mediados de febrero cumplirá un mes sin recibir lotes de Pfizer, el único fármaco que ha podido emplear en su campaña nacional de vacunación. “Hubo que hacer necesariamente una pausa y eso ha llevado al desabasto durante tres semanas consecutivas”, ha reconocido este viernes Hugo López-Gatell, portavoz mexicano para la pandemia y ha agregado que espera que las entregas se reanuden la próxima semana.
Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación (Segob), garantizó que todo el personal de salud que fue vacunado contra el coronavirus COVID-19 con la vacuna Pfizer, recibirá la segunda dosis, sin embargo, reconoció que no se tiene una fecha establecida para esta segunda dosis, “pero ya estamos en eso”.
“Ayer el doctor Lopez Gatell (subsecretario de Salud) les contestó a los señores gobernadores que efectivamente sí se va a poner la vacuna de la segunda dosis de la vacuna a todos quienes habían sido vacunados con esta primera dosis, que estaban ya las brigadas y que no habría ningún problema en continuar con la segunda dosis a todos aquellos del personal de salud, médicos y enfermeras y todo el personal que habían sido vacunas con la primera dosis”.
México aprobó el pasado martes el uso de emergencia de la Sputnik V. Su llegada ha levantado grandes expectativas, después de que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, acordara en una llamada telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, el envío de 24 millones de dosis para los próximos meses a finales de enero pasado. La noticia acaparó los titulares de la prensa, encendió los debates en las redes sociales y se convirtió en una esperanza para acelerar la vacunación en el país, que solo ha podido inmunizar a menos del 1% de sus habitantes, según datos oficiales. El plazo para la primera entrega que Juan Ferrer, director del Instituto de Salud para el Bienestar, y que el propio López Obrador dieron fue la primera semana de febrero, sin detallar una fecha en específico.
El principal escollo en las negociaciones ha sido una serie de enmiendas en el acuerdo. Un “punto y coma” mal colocado y un “inciso mal calificado” han hecho que el contrato viaje de ida y vuelta entre Ciudad de México y Moscú sin poder cerrarse, ha comentado esta semana López-Gatell. El subsecretario de Salud dijo el jueves por la noche que los cambios en el convenio no son “sustantivos” y que el Gobierno mexicano ya ha firmado lo que para ellos es “la versión final”.
Una periodista preguntó a López-Gatell si creía que la vacuna rusa iba a llegar antes que la de Pfizer, que tuvo que retrasar a mediados de enero los envíos por ajustes en su cadena de producción para hacer frente a la demanda mundial de vacunas. “Hay que hacer una quiniela, no lo sabemos”, reconoció el subsecretario. Esta misma semana, el funcionario dijo que, como no se había cerrado el contrato, México aún no estaba sujeto al pago, aunque se dijo “deseoso” de que llegara la factura para dar un anticipo. Si el Kremlin acepta la versión final del convenio, lo devolverá firmado y adjuntará en las siguientes 48 horas un calendario de entregas. La vacuna china de CanSino, que no ha podido aplicarse porque no ha sido aprobada, ha solicitado este viernes la autorización a los reguladores sanitarios tras hacer sus ensayos clínicos en México, de acuerdo con el canciller, Marcelo Ebrard.
El 19 de enero, un par de días después de que se diera a conocer que Pfizer no podía cumplir con sus compromisos de entrega, el Gobierno de López Obrador estimó que entre el 25 de enero y el 12 de febrero llegarían un millón de dosis, entre ellas, 900.000 de Rusia. Los anuncios que han seguido desde entonces apuntan a que ese cálculo tampoco podrá cumplirse. El primer envío de la Sputnik V será, según las autoridades mexicanas, de unas 200.000 dosis.
Diez días más tarde, en la primera aparición de López Obrador en público tras contagiarse de covid-19, el presidente centró buena parte de su mensaje a dar certidumbre sobre el flujo de vacunas. El presidente dijo que se había puesto en contacto con AstraZeneca para traer en febrero 870.000 vacunas desde la India y que una cifra similar de dosis llegaría desde Rusia. El pasado martes, la Secretaría de Relaciones Exteriores volvió a ajustar a la baja las expectativas: solo están previstas 400.000 dosis de la Sputnik V en febrero. El 19 de enero estaban previstas seis millones de dosis desde Rusia para llegar entre el 1 de marzo y el 2 de abril, la última previsión de la Cancillería para marzo es de solo un millón de dosis. La vacuna rusa ha tenido un camino sinuoso hacia México: su compra se pactó antes de ser autorizada por los reguladores sanitarios, su llegada se anunció antes de que se concretaran los contratos y se politizó semanas antes de que pudiera aplicarse.