La falta de vergüenza del líder Alejandro “Alito” Moreno, como muestra de que el priismo corrupto y simulador no cambia, es espeluznante.
No es el primero que se agandalla con las listas plurinominales. Lo hicieron los anteriores. Tampoco es nuevo que alguien se adueñe con embustes del CEN para hacerse luego de la candidatura presidencial.
Lo hizo Roberto Madrazo en 2006, por cierto, con funestos resultados para el PRI (cayó al tercer lugar).
En campaña para dirigente, “Alito” prometió que no buscaría candidatura ni cargo alguno.
Mintió.
Resulta inaudito, sin embargo, que repita los abusos cuando el partido es un esqueleto de dar lástima.
Al menos, en la época del Maratonista tenía carnita.
Bueno… pues a esa osamenta le hace la canallada de traicionarla, renunciando a su obligación de luchar porque resucite.
Se convierte así en automático no en sepulturero del PRI -Peña 2018-, sino en una bestia que devora a la presa chupándole los huesos.
Cínico, se sembró en el primer lugar de la cuarta circunscripción -son 5-, e hizo lo mismo con sus amigos en las otras: Carolina Viggiano, secretaria general del CEN, quinta; Laura Haro, de Vinculación, primera; Pablo Guillermo Angulo, tercera.
Coló a Rubén Moreira, aunque “nada tuvo que ver” que su esposa sea la presidenta de la Comisión Nacional de Candidaturas.
Dio chance a los hijos de Emilio Gambón (Pablo) y del dinosaurio José Murat (Eduardo).
Igual a Carlos Miguel Ayza, su relevo como gobernador de Campeche.
¡Festín con huesos!
Los 4 tristes gobernadores del tricolor ya le dieron un ultimátum: si no reparte, que se olvide de votos y curules.
Y DE MAÑANA…
MORENA TIENE a un empresario de prestigio y vocación social como prospecto a alcalde de Centla, Tabasco: Eleazar Cabrera Paredes, dueño de “Charricos” e impulsor de la industria productora de alimentos acuícolas. Vale, cuando la sede nacional del partido continúa tomada por inconformes con la imposición de pésimos candidatos…