POLÍTICA DE HOY
Samuel Cantón Zetina
LOZOYA… ¡A “CANTAR”!
Tal vez se cierran pinzas para que Emilio Lozoya Austin denuncie a los “peces gordos” a que se comprometió cuando lo trajeron de España con privilegios y como testigo protegido.
Porque lo que es hasta ahora, no ha desquitado nada del trato preferencial que le da la 4T.
Irse contra Luis Videgaray no sirvió de nada, y apenas embarró a unos cuantos charales, entre ellos al ex senador Francisco Cabeza de Vaca, hoy gobernador de Tamaulipas acusado por la FGR de “lavado” de dinero y probables nexos con la delincuencia organizada.
El 6 de enero, Día de Reyes, el presidente López Obrador se quejó -“sin intervenir”- que la investigación de Lozoya se estaba llevando mucho tiempo.
Pero ahora el INAI acaba de ordenar a la Fiscalía General de la República dar a conocer su denuncia contra Enrique Peña Nieto.
¿Vienen los “tiburones” prometidos?
¿Qué contiene su denuncia contra el exjefe?
Según la confesión del dueño de la constructora Odebrecht, en escándalo mundial detonado en 2016, Lozoya le pidió 4 millones de dólares con la promesa de darle contratos públicos.
Una vez nombrado director general, le dio de PEMEX.
Servirían -dijo Lozoya a Odebrecht- para que “se consolidara” en la campaña de EPN.
Los recursos se usaron en apoyo proselitista de Peña y de otros candidatos de entonces del PRI, y luego ya en el gobierno.
Por el Departamento de Justicia de EEUU se supo que Odebrech -operó ilícitamente con presidentes y funcionarios de 12 países, 10 de ellos latinoamericanos, en el peor escándalo de corrupción del continente- pagó sobornos en México, entre 2010 y 2014, por 10.5 millones de dólares.
México y Venezuela eran los únicos donde no hay sanción.
Presumiblemente, en 2013 Lozoya fue sobornado además por Carlos Ancira, dueño en ese tiempo de Altos Hornos de Mexico, para que PEMEX comprara a precios desorbitantes -10 veces mas de su valor- la planta de fertilizantes Agronitrogenados del complejo de Pajaritos, en Coatzacoalcos, Veracruz.
Pura chatarra!
Como consecuencia, desapareció PEMEX Fertilizantes.
Por ahora, Lozoya observa cómo su esposa, Marielle Helene Eckes, logró que un juez federal admitiera a revisión su petición de amparo contra las dos órdenes de aprehensión que enfrenta por su presunta responsabilidad en los delitos de asociación delictuosa, cohecho y operaciones con recursos de procedencia ilícita de Odebrecht, y defraudación fiscal.
Con fondos del trueque con la empresa brasileña, Eckes habría adquirido una residencia de 1.9 millones de dólares en Ixtapa Zihuatanejo, Guerrero.
Otra propiedad que supuestamente el matrimonio compró con la misma “ganancia” -permanece asegurada por la FGR-, fue la residencia de Lomas de Bezares, en el poniente de la CDMX.
La esposa no es la única de la familia de Lozoya involucrada por las autoridades en manejos de corrupción: su mamá y la hermana están bajo sospecha por “la infinidad” de depósitos que recibieron en cuentas sobre todo de México y Brasil.
Y contra Gilda Susana, su hermana, hubo incluso orden de aprehensión por “lavado” de dinero relacionado con la transacción con Ancira (en su cuenta bancaria, AHMSA depositó tres millones de dólares, que -desde luego- ella jamás justificó).
Y DE MAÑANA…
HOY, EL presidente López Obrador continuó en La Mañanera con el tema del reporte de irregularidades de la ASF. Tiene razón, porque su difusión, y las inmediatas dudas que le siguieron, causó de todas maneras un gran daño a la credibilidad de la 4T y al derecho de los mexicanos a estar informados con transparencia. AMLO estableció que darlo a conocer llevó el propósito de dañar a su administración “con datos erróneos”, sobre todo con el del sobreprecio del costo de la cancelación del NAICM (“politiquerías”, dijo), y pidió a la presidenta de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri, se investigue a los responsables de divulgar el malintencionado informe. Y sí: el auditor David Colmenares debe renunciar por el monumental cochinero…