AFGANISTÁN.- Los insurgentes talibanes entraron este domingo a Kabul, capital de Afganistán, y dijeron que esperan tomar el poder en unos días, prometiendo moderar su anterior gobierno islamista de línea dura mientras diplomáticos extranjeros, lugareños e incluso el presidente Ashraf Ghani abandonaban el país.
En un mensaje de vídeo, el presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional de Afganistán, Abdullah Abdullah, aseguró que “el expresidente” Ghani ha abandonado el país, y los responsabilizó de la situación que vive en estos momentos Afganistán.
Los diplomáticos estadounidenses fueron evacuados de su embajada en helicóptero después de un avance relámpago de los militantes, que se disponen a gobernar Afganistán otra vez después de 20 años de que fueran derrocados por las fuerzas lideradas por Washington tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos.
Los combatientes talibanes estaban llegando a la capital “desde todos lados”, dijo un alto funcionario del Ministerio del Interior afgano. Sin embargo, no hubo informes de enfrentamientos.
El grupo estaba en conversaciones con el gobierno respaldado por Occidente para una rendición pacífica, dijo el portavoz talibán Zabihullah Mujahid. “Los combatientes talibanes estarán a la espera en todas las entradas de Kabul hasta que se acuerde una transferencia de poder pacífica y satisfactoria”, dijo en un comunicado.
Ali Ahmad Jalali, un académico con sede en Estados Unidos y exministro del Interior afgano, podría ser nombrado jefe de una administración interina en Kabul, dijeron tres fuentes diplomáticas, aunque no estaba claro si los talibanes estaban de acuerdo.
Conocidos durante su pasado gobierno por tener a las niñas sin escolarizar y por su práctica estricta de la ley islámica, incluidos castigos como la amputación, la lapidación y el ahorcamiento, los talibanes parecen estar intentando proyectar un rostro más moderno.
Otro portavoz, Suhail Shaheen, dijo que el grupo protegerá los derechos de las mujeres, así como las libertades de los trabajadores de los medios de comunicación y diplomáticos.
“Garantizamos a la gente, sobre todo en la ciudad de Kabul, que sus propiedades y sus vidas están a salvo”, dijo Shaheen a la BBC, agregando que se espera una transferencia de poder en los próximos días.
La facilidad del avance de los talibanes, a pesar de los miles de millones de dólares gastados por Estados Unidos y otros países para fortalecer las fuerzas del gobierno local afgano, ha asombrado al mundo. Tan solo la semana pasada, un análisis de la inteligencia estadounidense indicó que Kabul podía resistir al menos tres meses.
No hubo noticias inmediatas sobre la situación del presidente Ashraf Ghani. Un funcionario del palacio dijo que estaba en conversaciones de emergencia con el enviado de paz de Estados Unidos, Zalmay Khalilzad, y funcionarios de la OTAN.
El poder sería entregado a una administración de transición, tuiteó el ministro del Interior en funciones, Abdul Sattar Mirzakawal, en el canal de noticias Tolo. “No habrá un ataque a la ciudad, se acordó que habrá un traspaso pacífico”, afirmó sin dar más detalles.
Un tuit de la cuenta del palacio presidencial afgano dijo que se habían escuchado disparos en varios puntos alrededor de Kabul, pero que las fuerzas de seguridad, en coordinación con socios internacionales, tenían el control de la ciudad.
Muchas calles de Kabul estaban atascadas por automóviles y personas que intentaban llegar a sus casas o al aeropuerto, dijeron residentes.
“Algunas personas dejaron las llaves en el auto y comenzaron a caminar hacia el aeropuerto”, dijo un residente a Reuters por teléfono. Otro dijo: “La gente se va a casa por miedo a los combates”.