CDMX.- México y Estados Unidos han sentado este viernes las bases para un acuerdo en materia de seguridad que pretende marcar el comienzo de una nueva etapa en las relaciones bilaterales. Los Gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y de Joe Biden han pactado la creación de una “red para la prevención del homicidio” y se han comprometido a fortalecer la lucha contra el narcotráfico y el tráfico de armas, entre otras medidas. “Adiós, Mérida. Bienvenido, Entendimiento Bicentenario”, ha proclamado el canciller, Marcelo Ebrard, en referencia al nombre del plan que entierra la Iniciativa Mérida, el programa anterior, que se remonta al mandato de George W. Bush. El secretario de Estado Antony Blinken ha viajado a México a la cabeza de una delegación que, junto al equipo de Ebrard, ha definido los detalles del nuevo marco de colaboración. Aún no se conoce la inversión contemplada por el acuerdo suscrito.
El llamado Diálogo de Alto Nivel de Seguridad entre México y Estados Unidos -en el que han participado también el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y el fiscal general estadounidense Merrick Garland- ha arrojado un documento con tres declaraciones de intenciones y diez medidas. Los propósitos son la protección de la población del impacto del consumo de drogas, la prevención de la delincuencia transfonteriza y el desmantelamiento de las redes criminales. En definitiva, reducir la violencia y los asesinatos. Por eso, las acciones anunciadas incluyen la creación de una “red para la prevención del homicidio”, es decir, “una plataforma para el intercambio de mejores prácticas en la prevención del crimen y la violencia”. Habrá un grupo de trabajo de las dos Administraciones “para la atención de delitos de alto impacto vinculados a organizaciones criminales transnacionales, con énfasis en el uso de laboratorios forenses, para facilitar y apoyar la investigación de crímenes y su enjuiciamiento”.
Las dos Administraciones firmarán un memorándum de entendimiento para reducir la adicción a las drogas y los daños asociados y otro para incrementar los controles portuarios. Todo el acuerdo gira en torno a la estrategia de lucha contra el crimen organizado. “Ambos países afirmamos nuestro compromiso de trabajar juntos, con respeto a nuestras soberanías, para combatir el tráfico de armas, coordinando bilateralmente las actividades de detección e incautación, considerando nuevas estrategias y fortaleciendo nuestros esfuerzos colectivos”, se lee en la declaración conjunta. Durante la negociación, México insistió especialmente en este punto, ya que, según recalcó Ebrard, el 70% de las armas que circulan en el país provienen de Estados Unidos.
El plan incluye también el compromiso de “expandir la cooperación binacional en contra del tráfico ilegal y trata de personas”; “incrementar las acciones bilaterales y paralelas para debilitar a los actores ilícitos y sus redes financieras” como el Cartel Jalisco Nueva Generación; y mejorar la detección de las redes que importan los componentes químicos que están a la base de varias drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfentamina. México y Estados Unidos prometen también redoblar los esfuerzos “para ayudar a resolver los miles de casos de desapariciones en México”.
“La delincuencia organizada transnacional ha cobrado demasiadas vidas en nuestros países. Por tal motivo, ambos países reconocemos que tenemos la responsabilidad de trabajar juntos para lograr nuestros objetivos compartidos de seguridad y paz”, reconocen los dos Gobiernos. La declaración, que no aborda los desafíos migratorios y abunda en la situación de la frontera, plantea “una nueva visión de seguridad y colaboración regional anclada en el respeto a la soberanía de cada país”. “Este nuevo marco establece un enfoque integral y de largo plazo para orientar las acciones bilaterales de aquí en adelante. Juntos, podemos construir un sistema de paz, justicia y respeto por el estado de derecho”, señala.
El presidente mexicano ha tenido una reunión distendida con la la delegación estadounidense, en la que ha hablado de Benito Juárez y ha bromeado con una frase atribuida al Porfirio Díaz, como ya hizo durante su primer encuentro virtual con Biden. En lugar de la famosa sentencia “pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, ha recordado que prefiere decir “bendito México, tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos”. Más allá de la anécdota, López Obrador ha reiterado que su Gobierno está “en esa disposición de que haya cooperación para el desarrollo”. “Que trabajemos juntos y que seamos respetuosos de nuestras soberanías”, ha indicado antes reivindicar su proyecto político: “Estamos nosotros llevando a cabo una transformación pacífica que consiste básicamente en eliminar, desterrar la corrupción”.
Blinken ha subrayado la importancia del compromiso con la colaboración bilateral. El secretario de Estado considera que los problemas regionales de seguridad solo se pueden solucionar trabajando de manera conjunta. “Después de 13 años de Iniciativa Mérida, ha llegado el momento para un nuevo enfoque a nuestra cooperación en materia de seguridad”, ha afirmado. Ebrard, el jefe de la diplomacia mexicana, ha enfatizado que no se trata de “un acuerdo de cooperación cualquiera”. “Es una alianza en materia de seguridad, una alianza tiene otro nivel cualitativo que un acuerdo. Este entendimiento es una buena noticia para nuestras sociedades. Vamos a dar buenos resultados”, ha asegurado sobre la trascendencia del Entendimiento Bicentenario.
(FUENTE: EL PAÍS)