Aeroméxico vivió una jornada muy negra en la Bolsa Mexicana de Valores. Las acciones de la aerolínea se hundieron este jueves llegando a cotizar a un mínimo de 90 centavos, lo que supuso una caída de un 75% respecto a la jornada anterior. El histórico desplome en el mercado bursátil ocurrió horas después del anuncio de que una sociedad no relacionada con la empresa iniciará trámites para realizar una oferta pública de adquisición (OPA) de acciones voluntaria. Al cierre de la jornada bursátil, el precio de las acciones de la compañía se recuperó levemente para finalizar en 1,79 pesos, un 51,4% menos respecto a los 3,69 por acción a los que cotizó el miércoles.
Como parte de su proceso de reestructura financiera, Aeroméxico dio a conocer a través de un comunicado que la oferta pública se realizará a un centavo de peso por cada una de las acciones en circulación. La oferta se efectuará por 331 millones de acciones, que equivalen al 49% del capital actual de la empresa y los títulos que posee Delta Airlines no serán parte de la OPA. La compañçia enfatizó que esta medida es conducente “a la conclusión del proceso voluntario de reestructura de la Compañía bajo el Capítulo 11 de una corte en Nueva York”. Desde mediados del año pasado, Aeroméxico se acogió a la Ley de Quiebras de Estados Unidos para librar la bancarrota tras la crisis económica derivada de la pandemia.
Brian Rodríguez, analista de Grupo Financiero Monex, explica que el desplome de las acciones se debió a la valuación tan baja que hace la misma compañía al poner un precio de un centavo por acción, es decir, salió a un precio de remate. “La valuación que hace esta nueva sociedad y la valuación de la compañía sobre sí misma es darle un valor muy cercano a cero, ¿por qué?, bueno hay que recordar que Aeroméxico se encuentra bajo la Ley de Quiebras en Estados Unidos porque hay una cultura financiera débil y tiene pasivos que son 1,5 veces sus activos y tiene deudas que no han podido liquidar”, comenta.
El especialista financiero señala que la capacidad de flujo de Aeroméxico es casi nula dados los elevados gastos que tiene, lejos de disminuir su apalancamiento se sigue incrementando. “Se ofrece un centavo de peso por acción para que los inversionistas salgan a tomar este capital a cambio de que esta nueva sociedad también va a inyectar más dinero, va a capitalizar estos pasivos, medidas que permitirán hacia futuro la operatividad de la compañía”, complementó Rodríguez.
El grupo de accionistas mexicanos tendrá una participación de 4,1% en el capital social de la aerolínea, mientras Apollo mantendrá 22,3% de las acciones y Delta Airlines –que, hasta antes de la reestructura de Aeroméxico tenía una participación de 49%– se quedará con un 20%. “El resto será distribuido entre todos los nuevos inversionistas y acreedores que capitalicen sus créditos reconocidos en acciones representativas del futuro capital social de Aeroméxico”, precisó la aerolínea a través de un comunicado.
Como otras aerolíneas en el mundo, la mexicana fue duramente golpeada por el desplome de demanda debido a la crisis del coronavirus. En julio de 2020, la empresa se adhirió voluntariamente al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos y recibió un préstamo por 1.000 millones de dólares del fondo de inversión Apollo Global Management. Luego de meses de negociaciones, en noviembre pasado presentó un nuevo plan de reestructura que supuso un balón de oxígeno.
Aunque operativamente Aeroméxico ya ha mostrado signos de mejoría en el flujo de pasajeros, respecto al año pasado, aún atraviesa una crisis financiera. Al tercer trimestre de 2020, la empresa reportó una pérdida neta de 2.244 millones de pesos e ingresos en ese periodo por 13.234 millones de pesos, un 28% debajo de los ingresos reportados en 2019, previos a la pandemia. Para los analistas del sector, el desplome de las acciones de la compañía no es una sorpresa, es un signo más de la crítica situación que enfrenta la aerolínea.