CDMX.- El exsecretario de Economía de México, Idelfonso Guajardo, aseguró que Estados Unidos “tarde o temprano” iba a activar el mecanismo del T-MEC para la solución de controversias por la política energética del gobierno mexicano, ya que se llegó a un punto donde “no había mayor espacio” para negociar.
Durante una entrevista con Aristegui en Vivo, señaló que era inevitable el reclamo estadounidense porque el país ha realizado una serie de acciones que dañan la competencia y la inversión, no solo para empresas de Estados Unidos, sino también para las compañías mexicanas.
Destacó que la diferencia es que los inversionistas extranjeros pueden recurrir a estos mecanismos que son más eficientes que los procesos judiciales en territorio nacional.
Dijo que fue México el que impulsó el restablecimiento de los paneles de solución de controversias, en el marco del nuevo tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, que sustituyó al TLCAN.
Guajardo dijo que el problema de este tipo de soluciones, es que “los platos rotos de este incumplimiento” pueden pagarlo los tomateros, los exportadores de autopartes, ya que si Estados Unidos gana el panel de controversias puede imponer aranceles a México por el monto del daño causado en el sector energético, que se estima en más de 30 mil millones de dólares.
Reseñó que las afectaciones no solo se dan a los inversionistas en el sector, sino que repercuten en el futuro de las inversiones en el sector manufactura, que cada día están más impedidos para elaborar productos con energías limpias. “Puede afectar la capacidad de exportación de México, por ejemplo en materia automotriz”, dijo.
El exfuncionario, quien actualmente es diputado federal por el PRI, mencionó que no se puede dar preferencia a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a Petróleos Mexicanos (Pemex) sobre empresas privadas porque se daña la competencia económica.
Apuntó que el país cambió las “reglas del juego” en materia energética, lo que es una decisión soberana considerada en el T-MEC. Sin embargo, adquirió una serie de compromisos que si no los cumple debe pagar.
Detalló que hay un ‘pool’ de 30 personas registradas internacionalmente para integrar este tipo de paneles, con gente de prestigio. De ahí se hace una selección de tres o cinco personas para el panel. Si fuese de tres, un miembro sería seleccionado por México, otro por Estados Unidos y el tercero de manera aleatoria.
Sobre el papel de Jesús Seade, actual embajador en China, y quien participó en las negociaciones del tratado comercial, comentó que hubo una división de opiniones en el equipo de López Obrador. Por un lado el actual canciller, Marcelo Ebrard, y el ex jefe de la oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, y por el otro lado la secretaria de Energía, Rocío Nahle y el titular de la CFE, Manuel Bartlett Díaz.
“Eran los que tenían el oído izquierdo y derecho del presidente. Y las cosas en Washington se pusieron fuertes”, apuntó.
Reveló que puso en conocimiento del gobierno entrante, a quien tocaba remitir al Senado el tratado para que fuera ratificado, de los compromisos adquiridos en materia energética. “Lo que sí cambió fue el capítulo ocho, que era un capítulo de cooperación y no contenía los candados más importantes”.
“Prácticamente se sustituyó por el párrafo constitucional de la reforma de 2015 que dice que el petróleo es de los mexicanos y mantiene su soberanía sobre el mismo”, aseguró, pero no se alteraron los elementos adicionales y transversales en todos los capítulos del acuerdo.