NUEVA YORK.- Millones de personas en Estados Unidos se refugiaban el domingo del frío gélido causado por una tormenta invernal que ha provocado la muerte de por lo menos 30 personas en diversas partes del país, y que se prevé que cobre más vidas tras haber dejado a algunos habitantes encerrados en sus casas rodeados de nieve y de haber cortado la electricidad a decenas de miles de viviendas y negocios.
La magnitud de la tormenta casi no tiene precedente: abarca desde los Grandes Lagos cerca de Canadá hasta la frontera con México. Aproximadamente un 60% de la población nacional estaba bajo algún tipo de advertencia climatológica y las temperaturas estaban muy por debajo de lo normal desde las Montañas Rocosas hasta los Apalaches, indicó el Servicio Meteorológico Nacional.
Unos mil 700 vuelos nacionales e internacionales habían sido cancelados hasta las 2 de la tarde, hora del este, según el sitio web FlightAware.
Los expertos señalaron que se había producido una ciclogénesis explosiva —en la que la presión atmosférica cae muy rápido durante una tormenta— cerca de los Grandes Lagos, donde provocó ventiscas con nieve y vendavales.
La tormenta desató toda su furia en Buffalo, donde vientos con fuerza de huracán y una intensa nevada paralizaron los servicios de emergencia. La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, dijo que casi todos los camiones de bomberos de la ciudad estaban varados por la nieve el sábado, y las autoridades indicaron que el aeropuerto permanecería cerrado hasta el martes por la mañana.
El Servicio Meteorológico Nacional dijo que la nieve acumulada en el Aeropuerto Buffalo-Niagara ascendió a 109 centímetros (43 pulgadas) a las 7 am del domingo.
La luz del día reveló coches cubiertos por casi 2 metros (6 pies) de nieve y miles de casas a oscuras por falta de electricidad. Mientras la nieve se acumulaba en calles intransitables, los meteorólogos advertían de la posibilidad de que cayeran 30 o 60 centímetros (1 o 2 pies) más de nieve en algunas zonas hasta el lunes por la mañana, en medio de ráfagas de viento de 65 kilómetros por hora (40 millas por hora).