CDMX.- Un piano valuado en 10 mil dólares llegó hasta una mansión de uno de los barrios más exclusivos de París. Luego de un periplo trasatlántico, el instrumento musical desembarcó con rasgaduras, lo que propició que el gobierno mexicano tuviera que destinar unos cuantos miles de pesos para resarcir los daños a su propietario, el embajador Andrés Roemer.
La vieja casona construida antes de 1948, de arquitectura estilo Haussmann, es una de las contadas casas grandes que aún se arriendan en la capital de Francia. Tiene muros blancos, techos altos y cuartos por doquier. Pese a ser una propiedad que data del siglo XIX, su interior es moderno, remodelado “con altos estándares”, presume la publicidad.
Está ubicada en el número 81 de la Avenida Víctor Hugo, una de las calles principales del XVI Distrito de París, y el costo por vivir en ella ronda los 15 mil euros mensuales (alrededor de 310 mil pesos*), una cantidad que el gobierno de Enrique Peña Nieto cubrió durante cinco meses, para que Roemer Slomianski habitara en ella.
El contrato de arrendamiento firmado en 2016 da cuenta de las amenidades en tres plantas: un recibidor doble, una cocina equipada y un jardín en la planta baja; tres dormitorios con vestidor, baños y aseos propios en el primer piso; una suite con tres vestidores y baño propio en el segundo piso.
La casa fue elegida personalmente por Roemer y, con dicha primera decisión, se convirtió en el embajador de México ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), con el mayor gasto mensual en arrendamiento registrado de los últimos ocho años.
La extravagancia de Roemer no paró ahí. Además de la renta de aquella vieja casona que Roemer eligió para vivir en la llamada “ciudad del amor”, el gobierno de Enrique Peña Nieto pagó con recursos públicos su mudanza, seguros, sus traslados y el de su personal más cercano, incluido su chofer y su personal de servicio.
Esta revista digital reconstruye a través de documentos oficiales obtenidos vía transparencia, fuentes orales y archivos exclusivos el paso de Roemer por la Delegación de México ante la Unesco, un cargo en el que sólo duró dos meses y medio, luego de que fuera despedido por incurrir en violaciones a la Ley del Servicio Exterior Mexicano durante una votación relativa al conflicto entre Israel y Palestina.
Pese a la mala imagen que dejó este acto para México, a Roemer le ayudó a estrechar lazos con el gobierno de Israel, consolidando reuniones con personajes de alto nivel, entre ellos el primer ministro de este país, Benjamín Netanyahu.
En el breve tiempo que fue embajador, Roemer logró mudarse con su piano propio, 40 pinturas, 552 instrumentos de cristalería y su automóvil, un Mercedes Benz. Según los registros, el gobierno mexicano pagó por la mudanza de más de 2 mil 700 bienes muebles propiedad del entonces diplomático, valuados en 135 mil dólares (poco más de 2.4 millones de pesos**), que viajaron por mar de Estados Unidos a Francia.
Asimismo, el entonces diplomático solicitó una indemnización por más de 200 mil pesos por ocho objetos que resultaron dañados y extraviados en su mudanza, pagados indirectamente por el gobierno mexicano, al sufragar los servicios por la mudanza internacional.
Extrabajadores de la Unesco narraron a esta revista digital (bajo solicitud expresa de anonimato) que la llegada de Roemer a la Misión Permanente de México en Francia estuvo rodeada de excesos, derroche de recursos públicos, extralimitación de funciones y quejas por comentarios de índole sexual a colegas mujeres que fueron ignoradas.
El piano de Andrés Roemer en una de sus fiestas en México. Foto: Revista Quién.
Cinco años después de haber sido embajador de pisa y corre en Francia, Andrés Roemer enfrenta en México más de 60 acusaciones por presuntos delitos sexuales. El escándalo saltó de lo nacional a lo internacional: tras conocer que hay una orden de aprehensión en su contra, la Interpol emitió una ficha roja para capturarlo.
Un video publicado por esta revista digital ubicó al imputado en Tel Aviv, Israel, donde las autoridades policiacas ya le siguen la pista.
NUEVO CARGO, NUEVA VIDA
Era marzo de 2016, cuando el presidente Peña Nieto envió al Senado de la República una lista de 22 candidatos a embajadores, representantes y cónsules generales de México en diversos países.
En el listado aparecía el nombre de Andrés Isaac Roemer Slomianski, quien hasta entonces se había desempeñado como cónsul en San Francisco, California. Ahora era propuesto por EPN para representar a México ante la Unesco.
Para el 14 abril, con 62 votos a favor, seis en contra y dos abstenciones, el Senado daba luz verde para su nuevo cargo. Layda Sansores San Román, entonces senadora por el PT –y actual candidata de Morena a la gubernatura de Campeche, apenas atinó a decir que Roemer Slomianski no tenía ni el perfil ni la experiencia en la diplomacia y que su nombramiento se debía a su amistad con el presidente.
Roemer tenía, de hecho, una larga relación con miembros del partido en el poder (PRI). Antes de graduarse en economía por el ITAM y en derecho por la UNAM, ya había trabajado con altos funcionarios del gobierno de Carlos Salinas de Gortari: fue muy cercano a Pedro Ojeda Paullada, exprocurador de la República y exsecretario del Trabajo, quien lo cobijó en la Secretaría de Pesca y en la Comisión Nacional de Alimentación a finales de los años ochenta.
Además, asesoró en la campaña presidencial del 94 y terminó por integrarse como consejero del entonces secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma Barragán (quien recientemente formó parte del gabinete de AMLO), y luego del mismo presidente, Ernesto Zedillo.
Tras un largo periodo combinando cargos en Conaculta, TV Azteca y dirigiendo sus asociaciones civiles, Andrés Isaac volvió con EPN al servicio público. En 2016, subió un escalón como funcionario de la SRE, que era dirigida por Claudia Ruiz Massieu. Meses después que el Senado lo aprobara, viajó a Francia para afinar los detalles de su mudanza. Iniciaría en el cargo el 1 de agosto de aquel año.
Salario de Roemer.
De acuerdo con el certificado de la Misión Permanente de México ante la Unesco, en este nuevo puesto Andrés Roemer percibió un salario mensual de 9 mil 810 euros (202 mil 772 pesos mexicanos, al tipo de cambio de aquel año), el monto estipulado en el tabulador de la nómina del Servicio Exterior Mexicano.
Asimismo, se le otorgó un permiso de residencia en calidad de embajador, con una vigencia de tres años, pues se esperaba que Roemer se quedara en Francia hasta agosto de 2019.
Tras su nombramiento y la posterior toma de posesión, un vacío dentro de la Ley del Servicio Exterior Mexicano y su respectivo reglamento avaló que el gobierno mexicano cubriera todos sus gastos, sin ningún límite.
El artículo 47 de dicha ley señala que todos los gastos de transporte e instalación, incluyendo el de sus familiares, dependientes económicos y cónyuges o concubinos, así como aquellos por empaque, transporte y seguro de menaje de la casa familiar –también automóviles–, serán cubiertos por el gobierno mexicano, sin que se hubiera establecido algún límite de recursos.
Además, señala que los funcionarios podrán recibir “ayuda” para vivienda, cuando “el pago de dicho alquiler repercuta de manera grave sus ingresos, con apego a las disposiciones de racionalidad, austeridad y disciplina presupuestal”.
Esto permitió que la mudanza continental –de California a París– fuera cubierta por el gobierno de Peña Nieto. De lo que no hay justificación es de la decisión de la delegación mexicana en Francia de aprobar un gasto por concepto de alquiler superior al sueldo del embajador.
Cuestionado al respecto, Roemer respondió a esta revista digital vía correo electrónico que “todo lo (he) hecho conforme a la ley asumiendo mi parte correspondiente”. Dada su situación actual –tiene una orden de aprehensión por el delito de violación en México–, dijo que antes de dar una entrevista debía consultarlo con sus abogados.
Fuente: EME EQUIS