- Desde hace años, Fernández Noroña ha hecho del insulto y la descalificación su mejor argumento de debate
- No distingue género, partido ni investiduras; pero burlarse de los desaparecidos en Teuchitlán resulta detestable
- Ana Paty Peralta y “Gino” Segura arman el “uno-dos” de Morena en el tablero político rumbo al 2027
- Generoso con opositores, Adán Augusto acumula rencores morenistas en el Senado… y cuentas en Tabasco
- A Javier May le dieron la mala noticia en plena visita de Sheinbaum: es el gobernador peor calificado del país
- Acelerador a fondo, Mara Lezama empuja el programa de rescate y devolución del brillo robado a Chetumal
BOCANADAS
EL SENADO DE la República va en caída libre y amenaza con tocar fondo. La máxima tribuna del país, en teoría reservada para el debate parlamentario de altura, la construcción de leyes y la representación de la pluralidad política, se ha convertido en un campo de batalla de insultos, descalificaciones y confrontaciones al nivel de una riña callejera. En el epicentro de esta decadencia está Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado y eterno protagonista de escándalos verbales.
La política mexicana ha visto de todo, pero pocas veces un legislador con tal investidura ha hecho del insulto su sello personal. Desde hace años, Fernández Noroña ha convertido el adjetivo despectivo “pedorro” en su principal argumento de debate. La ha usado para referirse a jueces, diputados, alcaldes, senadores y hasta regidores, sin distinción de género ni partido. Para el morenista, todo aquel que lo critique o que no siga su línea es, simple y llanamente, “pedorro”.
TRIPA CORTA
EL “NOROÑESCO” HISTORIAL es extenso: en 2019, el pendenciero ex petista llamó “pedorros” a los diputados del PAN; en 2022, la alcaldesa de Reynosa y el edil de Coronango también fueron blanco de su peculiar calificativo; el año pasado, les tocó a jueces que se oponían a la Reforma Judicial y, más recientemente, durante un evento en Playa del Carmen descalificó con tan flatulento epíteto al regidor local José Luis Toledo por oponerse al cambio de nombre del municipio. Cada crisis, cada confrontación, cada desacuerdo, es respondido por Noroña con una retórica de insultos y burlas, como si la política nacional se redujera a un concurso de apodos.
El último episodio de esta guerra verbal lo protagonizó apenas ayer con Alejandro “Alito” Moreno, líder nacional del PRI y también senador. La disputa escaló hasta niveles inéditos cuando Moreno reviró y llamó a Fernández Noroña “un gran pendejo”, lo que confirma lo dicho: la Cámara Alta está convertida en una cantina donde el intercambio de ideas ha sido reemplazado por el duelo de improperios.
PICADURA
PERO SI DE despropósitos se trata, el episodio más grave no es el uso recurrente del “pedorritmo” en el Senado, sino la manera en que Fernández Noroña minimizó el hallazgo del narco rancho de Teuchitlán, Jalisco, considerado un campo de exterminio con más de 1,500 posibles víctimas.
Cuando el mundo pone los ojos en México por la crisis de desapariciones y los colectivos de buscadores exigen justicia, el presidente del Senado optó por la burla: “¿Quién dice que esos zapatos son de desaparecidos?”, cuestionó en una de sus charlas en redes sociales, reduciendo el impacto del hallazgo a una supuesta estrategia de “la derecha” para golpear, según él, a la presidenta Claudia Sheinbaum. Un discurso temerario e insensible que raya en la irresponsabilidad política.
En su intento de desestimar el caso, con su fiel patanería lanzó una nueva categoría en su repertorio de insultos: ahora todo -asegura- es “una campaña carroñera”. Las familias de desaparecidos exigen justicia, pero Noroña ve en sus demandas una maniobra política. Una postura que ha generado una avalancha de críticas, pues equipara la tragedia humanitaria con el golpeteo partidista.
TORCIDO
ENTRE “PEDORRITOS”, CARROÑEROS y confrontaciones tabernarias, el Senado atraviesa uno de sus momentos más vergonzosos. Lejos de los debates serios sobre la crisis de seguridad, la economía o la Reforma Judicial, lo que hoy predomina en la Cámara Alta es el protagonismo de un legislador que ha hecho del insulto su herramienta de trabajo.
La pregunta es inevitable: ¿hasta cuándo la Honorable Cámara seguirá siendo rehén del show de Fernández Noroña? Mientras el país enfrenta situaciones urgentes, su líder parece más preocupado por su guerra personal contra todo aquel que no le rinda pleitesía.
La política mexicana ha tenido tribunos de altura y grandes oradores en su historia, pero en este Senado, la retórica se ha reducido a “pedorritos”, “pendejazos” y carroñeros. Esa es la herencia que está dejando Noroña en la Cámara Alta.
BUENOS HUMOS
EN QUINTANA ROO, la contienda política para 2027 comienza a perfilarse con claridad dentro de Morena. La reciente afiliación de la alcaldesa cancunense Ana Paty Peralta al partido marca un movimiento estratégico clave, consolidándola como la principal carta femenina para la sucesión. Aunque ya había ganado la elección de Cancún bajo los colores guindas con un histórico respaldo de 268,283 votos, su reciente adhesión formal refuerza su posición dentro de la estructura morenista. Su liderazgo en la capital turística del estado, con avances en movilidad y obra pública, la coloca en ventaja si el criterio de paridad de género favorece a una mujer en la candidatura. Por el lado masculino, el senador Eugenio “Gino” Segura mantiene un posicionamiento sólido, con una imagen discreta pero efectiva que ha sabido capitalizar su influencia en el sector turístico y la atracción de inversiones. Como presidente de la Comisión de Turismo, “Gino” ha fortalecido su presencia dentro y fuera del estado, sumando apoyos en un ámbito clave para la economía quintanarroense. Mientras otros actores políticos intentan ganar terreno, Morena ya tiene asegurado un ‘uno-dos’ en el tablero político con Peralta y Segura. Ya todo dependerá de la definición de género que el partido adopte para su proceso interno en 2027… CANCÚN SOLÍA RECIBIR hasta 120 mil spring breakers en sus mejores años; hoy, apenas llegan entre 30 y 35 mil. Las razones son claras: menor presupuesto de los estudiantes nortemamericanos, cambio en sus hábitos de viaje y, por supuesto, factores externos como la alerta de seguridad del gobierno de Estados Unidos y la imagen negativa amplificada en redes sociales por denuncias de abusos de taxistas contra turistas y la violenta disputa con Uber. Además, plataformas digitales han desplazado a las agencias que antes vendían paquetes grupales, y la competencia de destinos como South Padre Island, Miami y República Dominicana ha fragmentado este mercado. Pero, nos preguntamos: ¿realmente Cancún necesita seguir apostando por este turismo? Los spring breakers son un segmento que gasta poco fuera de antros y bares, consume cerveza barata y suele protagonizar escándalos que terminan en peleas o francachelas ruidosas. Con el Caribe mexicano consolidado como destino premium en ferias internacionales, tal vez sea momento de despedirlos sin nostalgia y enfocar esfuerzos en atraer viajeros con mayor poder adquisitivo, que valoren más que solo la fiesta desenfrenada… EL TABASQUEÑO ADÁN Augusto López Hernández parece estar haciendo méritos para ganarse la antipatía tanto en su tierra como en el Senado. En Tabasco, el gobernador Javier May no pierde oportunidad para recordarle que su gestión dejó un legado de impunidad que hoy alimenta la ola criminal en el estado, producto del manto de protección que dio a grupos delictivos. Ahora, en la Cámara Alta, la historia se repite, pero con otros actores: la generosidad de Adán en el reparto de comisiones ha beneficiado a personajes con pasado priista y panista, mientras los morenistas de cepa -¡qué raro!- han sido relegados sin miramientos. En su peculiar lógica, los de casa pueden esperar; los cuates, no. Los senadores de Morena, especialmente aquellos que han acompañado al movimiento desde su origen, observan con indignación cómo el coordinador de su bancada premia a figuras que hace no mucho militaban en la acera contraria. Ahí están Miguel Ángel Yúnes en la Comisión de Hacienda, Javier Corral en Justicia y Alejandro Murat en Relaciones Exteriores, todos bien acomodados gracias a la mano generosa de Adán Augusto. La pregunta entre los desplazados es inevitable: ¿será que extraña sus años en el PRI y se siente más cómodo con viejos conocidos que con los morenistas de convicción? Si su estrategia era consolidar su liderazgo interno, el tiro le está saliendo por la culata… A PROPÓSITO DE tierras “chocas”, el gobernador Javier May Rodríguez ha logrado lo impensable: en solo cinco meses, cayó del puesto 16 al 32 en el ranking de Consulta Mitofsky, coronándose como el mandatario peor evaluado del país. Con un 56.9% de desaprobación, su mandato en Tabasco parece un experimento de caída libre, sin paracaídas a la vista. Y como si el destino se divirtiera con él, su desplome quedó en evidencia justo cuando la presidenta Sheinbaum visitó su estado -el pasado fin de semana- para inaugurar obras y anunciar programas de vivienda. Mientras ella pedía aplausos para AMLO y hablaba de la cuna del movimiento, el inquilino de la Quinta Grijalva confirmaba que, en efecto, su gestión no despierta las mismas ovaciones. Por si fuera poco, May Rodríguez comparte el sótano con otros dos ilustres del desprestigio: Evelyn Salgado, de Guerrero, y David Monreal, de Zacatecas, aunque ni ellos le quitan el “honor” de estar en el último lugar. Su administración, que arrancó con un margen decente de aprobación (quizá por la esperanza de los tabasqueños de que arreglara el desastre que dejaron Adán Augusto y Carlos Merino), hoy naufraga sin señales de rescate. Ni los discursos presidenciales ni los proyectos de infraestructura han conseguido revertir su desgaste. En Tabasco, la “Cuarta Transformación” sigue siendo un símbolo, pero su gobernador es, por ahora, solo un mal dato en las encuestas… LA GOBERNADORA QUINTANARROENSE Mara Lezama ha intensificado su apuesta por la recuperación de Chetumal con un programa que busca devolverle a la capital el brillo que perdió desde hace muchos años. Entre las acciones más recientes destacan la limpieza de áreas verdes en el barrio Forjadores, invadida por basura y convertida en un tiradero clandestino, así como la rehabilitación de la emblemática Glorieta del Mestizaje, que ahora contará con iluminación y una fuente en funcionamiento. Además, avanza la modernización de Calderitas con una inversión de 42.7 millones de pesos para mejorar su infraestructura turística y económica, incluyendo un nuevo muelle, miradores y espacios públicos renovados. Otra obra clave de Mara Lezama es la ampliación del sistema de agua potable en comunidades de la zona limítrofe, donde tras más de 30 años de rezago se sustituyen tuberías de cemento y asbesto por infraestructura más duradera. Con estos proyectos, la mandataria busca recuperar espacios abandonados y mejorar la calidad de vida en Othón P. Blanco, impulsando tanto la imagen de la ciudad como su potencial turístico y económico. Más allá de los discursos, el retoo ahora es que estos cambios se mantengan y que la ciudadanía participe en su conservación, porque no hay que dejarle todo al Gobierno.