WASHGINTON.- Este día, ministro de Asuntos Exteriores danés reprendió el sábado al gobierno de Trump por su “tono” al criticar a Dinamarca y Groenlandia, diciendo que su país ya está invirtiendo más en la seguridad del Ártico y sigue abierto a una mayor cooperación con Estados Unidos.
El ministro de Asuntos Exteriores, Lars Løkke Rasmussen, hizo estas declaraciones en un vídeo publicado en redes sociales tras la visita del vicepresidente estadounidense, J. D. Vance, a la estratégica isla. Sin embargo, más tarde, el presidente estadunidense, Donald Trump, mantuvo un tono agresivo al declarar a NBC News: “Nunca descarto el uso de la fuerza militar” en relación con la adquisición de Groenlandia.
Se han hecho muchas acusaciones y alegaciones. Y, por supuesto, estamos abiertos a las críticas —dijo Rasmussen en inglés—. Pero, para ser sincero, no nos gusta el tono con el que se está expresando. Así no se habla con aliados cercanos. Y sigo considerando a Dinamarca y Estados Unidos como aliados cercanos.
Groenlandia es territorio de Dinamarca, país aliado de Estados Unidos en la OTAN. Trump quiere anexionarse el territorio, alegando que es necesario para la seguridad nacional.
En la entrevista del sábado, Trump admitió: “Creo que hay una buena posibilidad de que podamos hacerlo sin fuerza militar”.
“Esto es paz mundial, esto es seguridad internacional”, dijo, pero agregó: “No descarto nada”.
Trump también dijo “no me importa” cuando se le preguntó en la entrevista de NBC qué mensaje enviaría al presidente ruso Vladimir Putin, quien está tratando de consolidar su control sobre territorio ucraniano tres años después de su invasión.
Vance dijo el viernes que Dinamarca ha “invertido poco” en la seguridad de Groenlandia y exigió que el país cambie su enfoque mientras Trump presiona para apoderarse del territorio danés.
Vance visitó a las tropas estadounidenses en la base espacial Pituffik, en Groenlandia, rica en minerales, junto con su esposa y otros altos funcionarios estadounidenses en un viaje que finalmente fue cancelado después de un escándalo entre los groenlandeses y los daneses, a quienes no se les consultó sobre el itinerario original.