WASHINGTON.- Estados Unidos amenazó el lunes con aranceles de hasta 100% a bienes franceses por 2.400 millones de dólares como represalia a una tasa a los servicios digitales que considera discriminatoria hacia sus empresas.
Vinos espumantes y quesos están en la lista de productos que se verían afectados desde mediados de enero, después de que un informe de la oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR), Robert Lighthizer, dijera que esa tasa francesa castiga a empresas tecnológicas estadounidenses como Google, Apple, Facebook y Amazon.
El anuncio “envía una señal clara de que Estados Unidos actuará contra los aranceles digitales que discriminan o imponen cargas indebidas a las empresas estadunidenses”, dijo Lighthizer en un comunicado.
El representante comercial advirtió, además, que Washington está considerando extender su investigación a medidas similares aplicadas en Austria, Italia y Turquía.
Grupos de la industria tecnológica estadounidense saludaron el informe de la USTR.
En un comunicado, la Information Technology and Innovation Foundation (ITIF), un centro de reflexión con sede en Washington, dijo que la tasa francesa “apunta estrecha e inapropiadamente a aumentar la recaudación solamente a partir de las mayores compañías de un conjunto reducido de industrias, muchas de ellas estadounidenses”.
Sin embargo, la vicepresidenta de políticas de ITIF, Jennifer McCloskey, dijo en un comunicado que el grupo hubiese preferido evitar “una fuerte respuesta” arancelaria.
McCloskey dijo que ITIF urgía “respetuosamente” a Estados Unidos, Francia y los demás integrantes de la Organización para la Cooperación el Desarrollo Económico (OCDE) a enfocarse en encontrar una solución exitosa a este problema impositivo.
Washington lanzó esa amenaza un día antes de que el presidente Donald Trump se reúna en Londres con su homólogo francés, Emmanuel Macron, al margen de una cumbre de la OTAN.
La tasa francesa a los servicios digitales, conocida como “Gafa” (por las iniciales de Google, Apple, Facebook y Amazon), fue promulgada este año e impone un gravamen de cerca de 3% al volumen de negocios de compañías tecnológicas en Francia, que suele proceder de la publicidad en línea y la venta de datos con fines publicitarios.
El impuesto afecta a compañías que obtienen ingresos anuales de al menos 750 millones de euros (unos 830 millones de dólares) en sus actividades digitales mundiales.
La tasa francesa se aplica a los ingresos y no a los beneficios, que los gigantes tecnológicos suelen declarar en países con bajos impuestos como Irlanda, una práctica que cada vez irrita más a los gobiernos en Europa.
– Roquefort, pero no Burdeos –
La investigación abierta por el USTR en julio “concluyó que la tasa a los servicios digitales de Francia discrimina a las compañías estadounidenses, es incompatible con los principios predominantes en la política fiscal internacional y es inusualmente onerosa para las compañías estadounidenses afectadas”.
Tras la aprobación del impuesto, Trump había prometido una represalia “significativa”.
La oficina de Lighthizer anunció la apertura de consultas públicas en Estados Unidos sobre la propuesta de aplicar “aranceles del 100% a determinados productos franceses” y la posibilidad de “imponer tasas o restricciones a servicios franceses”.
La última fecha para pronunciarse sobre esas medidas es el 14 de enero, y el USTR espera poder actuar rápidamente a partir de entonces.
La propuesta de sanciones debe ser avalada por el presidente de Estados Unidos e implica el riesgo de aumentar las fricciones con la Unión Europea.
La lista de productos franceses que podrían sufrir los aranceles del 100% incluye productos cosméticos, la porcelana, el jabón, los bolsos, la mantequilla y muchas clases de quesos, incluidos el Roquefort, el Edam y el Gruyere.
Sin embargo, a pesar de las repetidas amenazas de Trump contra los vinos franceses, solo los vinos espumosos están en la lista.
Los esfuerzos por encontrar una solución global para tasar los productos digitales no han dado frutos hasta el momento.
El mes pasado, el encuentro de ministros del G20 en Washington abrió el debate sobre un sistema internacional para tasar a las multinacionales tecnológicas que la OCDE espera ver entrar en vigor en junio.
El lunes, en una entrevista en la radio francesa anterior al anuncio de la USTR, el ministro de Economía y Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, acusó a Washington de haber perdido interés en un acuerdo de ese tipo.
“Podemos ver que Estados Unidos está dando marcha atrás”, dijo.
La práctica de declarar los beneficios en países con menor carga impositiva suscita una creciente indignación pública, y sus críticos alegan que priva a los Estados de impuestos que les corresponden. AFP)