CDMX.- Su renuncia al gobierno de Boris Johnson en julio pasado fue el principal detonante de la caída del carismático líder conservador. Luego, su derrota en la carrera por liderar al partido puso a Liz Truss al frente del gobierno británico. Ahora, tan solo tres meses después del inicio de la crisis política, Rishi Sunak es el que ríe último.
El exsecretario de Hacienda es el único que ha conseguido el apoyo de más de 100 parlamentarios conservadores para convertirse en el nuevo líder del partido y, por lo tanto, ocupar el número 10 de Downing Street, la sede del gobierno.
Pocos habrían vaticinado este desenlace cuando los afiliados al Partido Conservador eligieron en septiembre a Liz Truss por encima de este analista económico que representa en el Parlamento al condado de Richmond, en Yorkshire.
Pero, también, pocos imaginaban la gravedad de la crisis que sufrió la economía británica durante el breve período de la ahora ex primera ministra, cuya intención de bajar considerablemente los impuestos no fue bien recibida por los mercados y provocó una caída estrepitosa de la libra esterlina.
Uno de los que predijo estas turbulencias fue el mismo Sunak.
Durante la campaña contra Truss, él prometió que no reduciría los impuestos hasta que la inflación estuviera bajo control, lo que quizás le costó el “voto duro” de los conservadores pero le granjeó una imagen de “un administrador responsable” de las finanzas públicas.
Incluso en una entrevista con la BBC, el exsecretario de Hacienda de Boris Johnson dijo que prefería perder la carrera por el liderazgo de su partido antes que “ganar con falsas promesas”.
En ese momento, Truss lo acusó de asustar a los votantes con su “proyecto de miedo”. Hoy, los mismos conservadores parecen estar lo suficientemente asustados con la situación económica actual como para mirar con otros ojos la cautela de Sunak.
La propia Truss felicitó a Sunak este mismo lunes y le ofreció todo su apoyo.