SUMY.- El ataque con misiles balísticos perpetrado este domingo por fuerzas rusas contra la ciudad nororiental de Sumy, en Ucrania, ha provocado una ola de condenas internacionales tras la muerte de al menos 32 personas y 84 heridos, entre ellos 10 menores de edad, según las autoridades ucranianas.
El enviado especial de Estados Unidos para Ucrania, el teniente general retirado Keith Kellogg, calificó el ataque como una agresión contra la población civil que “cruza cualquier línea de decencia”. En un mensaje publicado en la red social X, Kellogg afirmó: “Como exlíder militar, entiendo el concepto de objetivos militares, y esto está mal. Hay decenas de civiles muertos y heridos”. Kellogg ejerció como asesor de seguridad nacional en funciones durante el primer mandato del expresidente Donald Trump.
Desde Reino Unido, el primer ministro Keir Starmer expresó su rechazo al ataque y trasladó su solidaridad a las víctimas. “Estoy horrorizado por los horribles ataques de Rusia contra civiles en Sumy y mis condolencias van a las víctimas y sus seres queridos en este trágico momento”, escribió en su cuenta oficial. Starmer añadió que el presidente ruso, Vladímir Putin, debe aceptar “un alto el fuego total, inmediato y sin condiciones, como lo ha hecho Ucrania”.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) lamentó el bombardeo ocurrido en el centro de Sumy, coincidiendo con la celebración del Domingo de Ramos, jornada en la que numerosos ciudadanos ucranianos acuden a la iglesia. “Escenas horribles del centro de Sumy, donde los misiles balísticos rusos mataron a decenas de personas e hirieron gravemente a muchos más civiles. Nuestros pensamientos están con el pueblo ucraniano en este día sagrado para muchos”, declaró una portavoz de la organización.