Ante la incertidumbre y también inocultable retroceso económico que enfrenta México, el presidente Andrés Manuel López Obador propone un New Deal como el de Franklin Roosevelt frente a la crisis de 1929 en Estados Unidos. Consiste dar a trabajo a cientos de miles de desempleados en obras del gobierno. Por supuesto: con sueldos bajísimos para que rinda lo más que se pueda.
Hace apenas unas semanas, el Ejecutivo federal se comprometió a generar 2 millones de empleos en el país, que son el doble del millón que se perderán por la pandemia del Covid-19, según información que él mismo dio a conocer el pasado domingo.
La Alemania nazi también lo hizo. Hitler dio trabajo a millones de desempleados en obras públicas con el Autarky, que fue una política económica cuyo discurso era la autosuficiencia del pueblo alemán. Ello, tras la crisis provocada por la Primera Guerra Mundial.
Ambos casos comparten algo: sirvieron sólo para ganar tiempo, pues esos programas son insostenibles por sí solos. Tanto Alemania como EU, superaron sus crisis con GUERRA. La conquista y saqueo de varios países por parte del Tercer Reich enriqueció bastante a los alemanes y así pudieron costear un gasto público prácticamente ilimitado. Mientras duró… Eso sí.
Roosevelt y EU fueron unos de los grandes ganadores de la WWII, y ese país ha invertido miles de millones de dólares en tecnología militar desde entonces por una buena razón, y sigue haciendo de las suyas en Medio Oriente y otras partes del mundo.
México no ganará ninguna guerra que lo haga enriquecerse ni conquistará algún país para absorber su riqueza (falló incluso su intento de ‘sobornar’ a Centroamérica). Entonces, ¿cómo o por cuánto tiempo pretende el presidente sostener esta improvisada medida? ¿Debemos estar preparados los mexicanos para sumarnos, al igual que el ejército, como la mano de obra de su 4T?
Parece que el anillo se ajusta cada vez mejor al dedo…