Las cosas por su nombre
@Carlos85458323
Por Carlos Alberto Rosales
Desequilibrios consumados
Estaba cantado que un frente entre fuerzas políticas de derecha e izquierda es un engendro que en algún momento iba a colapsar irremediablemente. Y, esto fue lo acontecido el pasado 1º de julio en las elecciones presidenciales.
Al fracaso del PAN, hubo que sumar la derrota de la izquierda progresista del PRD y, el empoderamiento de Morena como nuevo coloso político de un México asediado por la inseguridad. Un país en que, los tres órdenes de gobierno por voluntad política le vende protección a la delincuencia organizada administradora de negocios ilegales como la droga, la piratería, el ambulantaje y el tráfico de personas en detrimento de la seguridad de sus ciudadanos.
Creer o reventar, en: “Una novela criminal”, el escritor Jorge Volpi, hace una descripción del desprestigio de las fuerzas policiales, con un chiste simpático pero, concluyente, que pinta de cuerpo entero lo que la ciudadanía opina sobre quienes deberían proteger vida y bienes de los mexicanos.
Se organiza un concurso de “eficiencia policial”, en el que compiten el FBI norteamericano, El Mossad israelí y, la Agencia Federal de Investigaciones (AFI); donde el vencedor será el que, en menor tiempo encuentre un conejo.
El FBI tarda dos horas en encontrarlo. El Mossad, una y, la AFI, 15 minutos. Pero la Agencia Federal de Investigaciones, presenta a un elefante desesperado, lleno de magullones y moretones, que grita sin que nadie le pregunte absolutamente nada: “soy un conejo, soy un conejo”
Este hecho anecdótico vino a mi mente, días pasados cuando el gobernador Carlos Joaquín declaraba que tienen poca difusión los sospechosos detenidos por los crímenes e ilícitos que se cometen a mansalva en Quintana Roo.
En lo que va del año, la cifra de crímenes violentos en Cancún se acerca a los trescientos y, los contabilizados en Playa del Carmen, superan las 41 muertes.
Muchas personas que votaron el gobierno del “Cambio”; no por las ideas que expuestas en la campaña 2016 para justificarlo, lo hizo, simplemente porque le asignaba al mandatario, provenir de un linaje político que todo logra, confiaban en que votaban a “un ganador”, lo que como observador privilegiado, se podía deducir por el entorno de nacimiento; por la buena estrella política de su familia o, quizás por la construcción de una imagen personal marketinera de que todo lo puede.
A pocos meses de que transitemos dos años del presente sexenio, observamos que la esperanza ciudadana, va en retirada, derrotada por la inexperiencia y los errores de cálculo en temas preocupantes como la inseguridad, la creciente precarización laboral más allá de la baja desocupación y, la problemática del deterioro medioambiental a consecuencias de la crisis del sargazo, que tapa cualquier buena intención que presuma el gobierno del Cambio.
Pero, como decía Nietzsche en “El crepúsculo de los ídolos”: El hombre no es nada…, la obra es todo”.
Hace unos días importantes desarrolladores inmobiliarios me expresaban, café de por medio; la inquietud por el deterioro a nivel de imagen institucional que tiene el Caribe Mexicano.
Les explicaba que, debemos salir de nuestro “pueblo chico, infierno grande” y, atisbar lo que sucede en otros destinos como: Florida, específicamente, en Miami, donde existe inseguridad y, también la problemática eco ambiental del sargazo que invade los arenales con su olor desagradable y ensucia las costas en Miami Dade y Brodward como personalmente he podido comprobar, semanas atrás.
En el Estado de Florida son más de 1.000 millas de playas en las que las algas marinas se han convertido en una molestia para locales y visitantes.
También sucede en República Dominicana, fenómenos como estos, donde en los All Inclusive, alertan a que los turistas no se arriesguen a salir solos a la ciudad u otros sitios del destino vacacional. El fenómeno del sargazo también se replica en esta paradisíaca nación del Caribe y las imágenes de algunos de sus arenales y playas como; Fuerte San Gil, Guibla y Montesinos, impactan y hablan por sí solas, con el agravante que, en Dominicana por los malos servicios de recolección de residuos y, la falta de control en las barriadas populares, la gente tira plásticos y residuos a los ríos Isabela y, Ozama que llegan al mar para sumarse a la acumulación de algas que se desprende de la zona del Mar de los Sargazos. En República Dominicana las 14 mil toneladas diarias de basura son uno de los problemas más graves de remediar para las autoridades.
Pero, volviendo a nuestro “pago chico” lo más inquietante, de los comentarios de mis eventuales interlocutores es que, expresen en sus tertulias de café que, “al gobierno se le perdió su GPS…” o que, estas autoridades “parecen haber aprendido de sus antecesores en el cargo…”. Lo que a todas luces es injusto.
La historia, madre de todas las ciencias por ser la más antigua y nacer junto con la memoria humana, convierte el error en acierto y el acierto en error, en función de los resultados. La experiencia es eso, resultado acumulado. Pero la desconfianza existe y se expresa así en ámbitos casi blindados. La evidencia muestra que hay un deterioro en la credibilidad política y eso no es bueno porque no se reconocen algunos avances en la gestión.
¿Qué es Carlos Joaquín, hoy en sentido político? El cotorreo popular, asume que sus operadores políticos lo convencieron según las “malas lenguas” en obstruir la llegada de José Luis Toledo Medina a la candidatura por el PRD a la presidencia municipal de Benito Juárez, con un objetivo avieso; tratar que no se proyectara como un eventual sucesor en 2022 y, dejar así, el bastón de mando en la familia. Este error garrafal de percepción política prácticamente dinamito a UNE y, el fortalecimiento del vínculo con el PRD. Además de tender puentes con un aliado como Toledo Medina, un operador político transversal, de buena imagen a nivel popular, que ha sabido forjar excelentes relaciones a nivel federal en todas las corrientes partidarias.
Carlos Joaquín se ha quedado sin política y, en soledad, el problema está allí, la ciudadanía en general está preocupada por el rumbo de su administración. Quizás es el presidente de la Gran Comisión, Eduardo Martínez Arcila un adelantado sobre lo erróneo del rumbo al expresar hace algunas horas que “Es claro que el ciudadano no ha visto resultados como los desea, por eso se deben redoblar esfuerzos y nosotros en Quintana Roo insistiremos en esas transformaciones”.
Mientras tanto, Morena está lista para recibir a todos los inconformes, vengan de donde provengan para así poder dar el zarpazo final sobre los despojos de Quintana Roo.