Las cosas por su nombre
Por Carlos Alberto Rosales
@Carlos85458323
Política absurda
Las autoridades quintanarroenses creen que están haciendo política sin preocuparse de la gente y, la ciudadanía se ha dado cuenta. El pasado fin de semana, – el 5 de mayo, para ser más exactos.- se cumplió un nuevo aniversario de la Batalla de Puebla. Los quintanarroenses deberíamos tomar ejemplo de los poblanos que se supieron hacer valer y demostrar un ejemplo de civilidad militarizada al enfrentar junto al general Ignacio Zaragoza los embates de las fuerzas francesas que querían consumar la conquista de México.
Hoy, los ciudadanos debemos dar ejemplos de civilidad militarizada y enfrentarnos con las autoridades para que éstas cumplan con el precepto constitucional de proteger a la ciudadanía ante el avance de la inseguridad y el crimen organizado.
Todos debemos ser como el antropólogo Fernando Cortés de Bradesfer, premiado con la medalla al mérito ciudadano “Othon P. Blanco” y exigir a las autoridades que cumplan de una buena vez con el cambio anunciadoque en un año y medio de gestión no han logrado. En uno de los párrafos de su mensaje al recibir la medalla al mérito ciudadano, Cortés de Bradesfer cuestionó a Carlos Joaquín González increpándole que “La historia es larga pero ¿sabe para qué fue?, para que usted subiera a la gubernatura, para que llegara al poder para que sus candidatos y hoy funcionarios estén donde están ahora, para que el cambio se produjera y lo seguimos esperando…”.
Una guerra con comandantes desorientados
Situaciones como la planteada por el antropólogo Cortés de Bradesfer hace que nos preguntemos ¿Qué está pasando en Quintana Roo con tanto crimen violento e inseguridad permanente? Hay tantas respuestas a esa pregunta como posturas ideológicas de quienes la responden. Pero algo es seguro: las ejecuciones, los tiroteos a plena luz del día y, la molestia de los ciudadanos tarde o temprano se va a terminar.
De allí la importancia de reflejar la inquietud ciudadana, más allá de la catarata de información que arrasa con todo cuando tienen lugar tantos hechos de sangre que se iniciaron con una virulencia inédita aquellamadrugada de enero de 2017 con el crimen masivo en la discoteca Blue Parrot y que, 48 horas después llegó con el ataque perpetrado a la Vice fiscalía de la Zona Norte en Cancún, ambos casos con víctimas fatales y circunstancias que nunca terminan de aclararse.
Las coberturas periodísticas de los más de 325 asesinatos en Cancún en 2017 o, los más de 60 del primer cuatrimestre del año en curso, sumados a los acaecidos en el corredor turístico de la Riviera Maya como los de estos días, nos imponen un desafío como comunicadores. Cómo seguimos defendiendo nuestros destinos turísticos en el exterior cuando tomamos un café con amigos en la Ciudad de México y te comentan: “este puente decidimos no ir nuevamente a Quintana Roo porque está muy inseguro, desmadrado”. Uno de los amigos de la mesa, ex militar retirado y, vacacionista en Playa del Carmen admitió que “este año la situación de violencia recrudecerá y, subirá la tasa de homicidios con relación a 2017, cuando 330 personas fueron asesinadas en el principal destino turístico del Caribe Mexicano”. Un sitio considerado pacífico hasta 2016 en el contexto latinoamericano.
Siempre existe el temor de minimizar una situación o bien de exagerarla. Pero lo que sucede en nuestro estado y, la falta de voluntad y, de políticas públicas del gobierno local no se puede ocultar más. Son muchas las preguntas que nos hacemos los quintanarroenses en estos días. Está claro que nadie tiene la receta, pero siempre se puede hacer algún aporte para comprender mejor la realidad, si la política no encuentra las soluciones. Nos acercamos a una elección crucial para México en general y Quintana Roo en particular, los comandantes del gobernador están desorientados y, los soldados reciben órdenes cruzadas de sus generales y están también desconcertados. No sólo desconfían de la utilidad de la estrategia elegida por los comandantes, sino también temen mucho por su futuro, en especial para los próximos combates.
Carlos Joaquín no puede darse el lujo de perder los municipios ganados en 2016 y, necesita “colar” diputados y senadores en el Congreso de la Nación pero para eso tiene que salir del doble juego y hacer política a profundidad