PLEAMAR
Por Lenin Amaro Betancourt
EL OGRO QUE SE NIEGA A MORIR
*Descalificaciones que autodescalifican
*Fitch pasó de referente a vil hipócrita
*Moodys, al rescate de la dignidad de las calificadoras
El hecho de quitarle el poder a este monstruo que se había institucionalizado: el aparato del ejercicio del poder desde la especulación, la corrupción, el tráfico de influencias y el direccionamiento de los beneficios para un grupo muy reducido ha sido, en los hechos, un aparato gigantesco que no se rinde por decreto.
Ahora es evidente que la calificación de Fitch respondió el ejercicio burdo de la especulación, pero en México, a la luz de los hechos, una noticia como la calificación que emitió sobre Pemex en días pasados, se recibió con muchas reservas., En su momento, el propio presidente de la república contrastó los datos reales sobre los ahorros que significan el combate al robo de combustibles, las inversiones que se están haciendo en el sector con la calificación de la empresa de correduría económica y les dijo: “como en todo, hay calificadoras serias y responsables y otras no tanto, hay también en esto mucha charlatanería”.
¿Hipócritas?; desde luego, es parte de la especulación. Las calificadoras han hecho mucho daño a la administración pública en México, no sólo por la evidente orientación hacia lo que “debería hacer” la administración pública federal; además, han especulado con las administraciones públicas en los estados y municipios en todo el país. El detalle está en emitir calificaciones negativas a priori para obligar a las instituciones públicas a contratar nuevas deudas con más intereses, lo que provoca que las deudas públicas, en los hechos, crezcan desproporcionalmente y hasta comprometan sus presupuestos para pagar servicios de deuda, sin darles opción a pagar capital, sólo intereses.
Así, al momento en que la dependencia de cualquiera de los tres niveles de gobierno contrata nuevos paquetes de financiamiento de deuda, la calificadora “le retira la mala calificación”, aunque de ninguna manera se resolvió el tema central que es, la creciente deuda que se genera, es decir, mientras más impagable, mejor calificada.
Es esta una manifestación de la lucha sin cuartel para sobrevivir, para seguir operando bajo el esquema de la especulación. Es muy simple; quienes han venido financiando el esquema, vuelven a invertir para tratar de modificar la opinión generalizada y “obligar” al Gobierno federal a regresar al esquema de la dependencia perniciosa, al modelo de corrupción a priori.
Hoy, una calificadora distinta, Moodys, empresa que ha sostenido la calificación “A3” y determina que ésta se debe a que la administración ha logrado abandonar la dependencia de la federación a la generación de divisas a través de la industria petrolera, pero el análisis sigue marcando “dudas” fincadas en los resultados de las negociaciones respecto del acuerdo económico para América del Norte, es decir, los patrones de calificación tiene que ver más con la especulación, que con las acciones reales que nos permiten mejorar en términos económicos.
Lo que nosotros como ciudadanos debemos valorar, son los resultados, no la especulación; es como si las decisiones que adoptamos al seno de nuestras familias fueran “calificadas” por el vecino, o por otra persona ajena.
El modelo económico especulativo “neoliberal”, genera una política que ofrece recursos económicos en forma de préstamos de instituciones bancarias extranjeras a las administraciones públicas a países de “economías emergentes”, con el fin de hacerlos co-dependientes; evidentemente, el daño es para estas administraciones públicas porque consideran el resultado de su producción para seguir pagando los “servicios de deuda”; este hecho congela el crecimiento económico de estos países y fortalece a estas empresas extranjeras –calificadoras y bancos-.
Afortunadamente, México es un país muy rico en recursos y una buena administración pública federal, nos llevará a ir soltando paulatinamente esta co-dependencia perniciosa con el modelo especulativo, pero, en este punto, resulta fundamental no permitir que estas especulaciones, nos genere dudas respecto de lo que nuestros esfuerzos nos permiten avanzar.
Saludos.