RUSIA.- Sentado a más de una decena de metros de distancia el día que comenzó la invasión de Ucrania, Vladímir Putin dijo a los empresarios más importantes de Rusia que no tuvo otra opción. Cariacontecidos tras sus mascarillas —el líder ruso nunca la lleva puesta—, los jefes de las mayores petroleras, gasistas y bancos del país callaron y no hicieron ninguna crítica, si acaso la tenían, hacia la decisión del Kremlin. Hoy, sus empresas están hundidas en Bolsa, el rublo vale casi un 17% menos, sus cuentas están desconectadas del resto del mundo, y sobre la mayoría de ellos pesan las sanciones de Occidente.
Poco a poco, algunos multimillonarios han empezado a alzar la voz, aunque con mesura. En el recuerdo de todos está la caída del opositor Mijáil Jodorkovski, el dueño de la petrolera Yukos, que fue juzgado por blanqueo de capitales y no salió de la cárcel hasta 2013, cuando fue indultado por Putin.
El empresario que más firme se ha mostrado hasta ahora contra la guerra ha sido el banquero Oleg Tinkov (Polisayevo, 54 años). “Gente inocente muere en Ucrania en estos momentos, cada día. ¡Esto es inaceptable! ¡No tiene sentido! El Gobierno debería gastar el dinero en tratar médicamente a la gente, en investigar cómo vencer al cáncer, y no en la guerra. ¡Nosotros estamos contra la guerra!”, publicó el multimillonario en su cuenta personal de Instagram, donde acompañó su crítica con una foto con su pareja, sus hijos y su mascota, una estampa impensable ahora en las calles de Kiev y Járkov, por nombrar dos ciudades asediadas.
La invasión de Ucrania no solo ha molestado a los oligarcas próximos al Kremlin. Varios diputados del Partido Comunista se han quejado de que votaron por el reconocimiento de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk sin saber que ello llevaba a la guerra, y el representante del presidente de Rusia ante la ONU por el cambio climático, Anatoli Chubáis, publicó una imagen del asesinado Boris Nemtsov, uno de los líderes de las protestas contra la guerra de Ucrania al comenzar en 2014.
Asimismo, algunos hijos de los oligarcas también han mostrado su enfado. Sofía Abramóvich compartió con sus 41.000 seguidores de Instagram una imagen donde estaba escrito “Rusia quiere la guerra con Ucrania”, donde la palabra “Rusia” estaba tachada con “Putin” escrito sobre ella. “La mayor y más exitosa mentira de la propaganda del Kremlin es que la mayoría de los rusos apoyan a Putin”, escribió junto a la foto del mandatario también tachada.
Y el entorno más cercano a Putin también ha mostrado su desencanto con la invasión. La exmujer y la hija de su portavoz, Dmitri Peskov, publicaron en Twitter sobre un fondo negro el sencillo, pero cristalino, “No a la guerra”, aunque lo borraron rápidamente. Esta protesta también la llevó a cabo en Facebook Tatiana Yumasheva (Sverdlovsk, 62), la hija menor de Boris Yeltsin, el presidente que nombró a Vladímir Putin su sucesor.