WASHINGTON EU.- Tras una semana de incertidumbre e insinuaciones, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso este jueves aranceles a las importaciones de acero y aluminio, pero exentó temporalmente a Canadá y México.
Exentó a ambas naciones debido a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero aseguró que se cancelará ese beneficio si no se llega a un trato justo.
“Si no llegamos a un acuerdo, si no logramos renegociar el TLCAN, de un tratado justo, entonces daremos por terminado el tratado (…) Si sí lo renegociamos, no le impondremos estos aranceles a Canadá y México”, afirmó durante su mensaje en la Casa Blanca.
Los aranceles a las importaciones son de 25 por ciento para el acero, y de 10 por ciento para el aluminio. Las medidas entrarán en vigor dentro de 15 a 30 días.
Por la mañana, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, mencionó que el Gobierno mexicano no permitiría que los aranceles presionaran la renegociación del pacto comercial.
“Nosotros no dejaremos que tenga ninguna correlación (los nuevos aranceles de Estados Unidos) y bajo ninguna circunstancia (el diálogo) estará sujeto a ningún tipo de presión”, aseguró.
El mandatario estadounidense explicó que las medidas arancelarias se realizan debido a la presunta competencia desleal en materia comercial, la cual afecta a las industrias acerera y de aluminio estadounidenses.
“Hoy estoy defendiendo la seguridad nacional norteamericana mediante la colocación de aranceles en las importaciones extranjeras de acero y aluminio (…) Las industrias del acero y el aluminio son de importancia fundamental para la seguridad nacional. Si no tienes acero, no tienes país”, mencionó.
Cualquier socio comercial de Estados Unidos tiene la opción de solicitar ser excluido de las tarifas, y los aliados podrían ser excluidos si pueden demostrar cómo las tarifas dañarían la seguridad nacional, dijo un funcionario a Bloomberg.
Trump detalló durante su mensaje que las empresas que deseen fabricar en territorio estadounidense, no pagarán este arancel.
“Aquí no vamos a tasar productos manufacturados en la Unión Americana. Si otros países quieren traer (sus empresas), aquí no se impondrán tarifas”, precisó.
Horas antes del anuncio, oponentes de los aranceles abogaron para suavizar el efecto.
Esta mañana, funcionarios de la Casa Blanca dijeron que seguían trabajando en los detalles del plan del presidente. Ese equipo ha tratado de ver cómo podrían establecer ciertas cláusulas de seguridad nacional para disminuir los efectos económicos de esas medidas.
El proceso de anunciar los aumentos fue blanco de un debate intenso y discusiones caóticas dentro de la Casa Blanca, enfrentando a funcionarios de línea dura con defensores del libre comercio, como el saliente asesor de economía Gary Cohn, que están a favor de una mayor flexibilidad para los socios comerciales de Estados Unidos.
La pelea sobre los aranceles ocurre en medio de una agitación intensa en la Casa Blanca, donde ha habido una serie de renuncias y de donde han salido historias negativas que han dejado al presidente más aislado en la Oficina Oval, de acuerdo con dos altos funcionarios que hablaron bajo condición de anonimato para hablar sobre las discusiones internas.
El mandatario estadounidense dijo horas antes del anuncio que esperaba la hora de reunirse con sus invitados.
“Tenemos que proteger y construir nuestras Industrias de Acero y Aluminio al mismo tiempo que mostramos gran flexibilidad y cooperación hacia aquellos que son verdaderos amigos y nos tratan justamente tanto en asuntos comerciales como militares”, explicó en su cuenta de Twitter. (FUENTE: EL FINANCIERO)