CANCÚN.- Con desconocimiento del trabajo que vienen realizando científicos de Quintana Roo y desprecio hacia empresarios, asociaciones civiles y legisladores, la senadora morenista Marybel Villegas publicó este viernes 3 de mayo un comunicado para anunciar que el Senado y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) -no la de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) como correspondería- crearán un “Grupo de Trabajo” para “tratar la problemática del sargazo en playas mexicanas”.
Relaciones Exteriores, según Villegas, será la encargada de designar al “Consejo Técnico, Científico y Académico” que aprobará las decisiones que tome este Grupo de Trabajo “para combatir el problema del sargazo”.
Además de que esta determinación, desconocida hasta el momento, responsabiliza únicamente a la Cancillería y deja a la Semarnat como simple espectadora cuando es la dependencia facultada para atender la contingencia ambiental, Marybel Villegas demuestra total desconocimiento del trabajo de investigación sobre el fenómeno que viene realizando desde 2013 el grupo de científicos constituido desde el año pasado como Consejo Técnico Asesor de Quintana Roo.
Asimismo, Marybel Villegas manifiesta de nuevo su desprecio hacia empresarios, asociaciones civiles y legisladores de Quintana Roo que el pasado 29 de abril se reunieron con distintas fracciones parlamentarias y con la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado, generando una minuta que debía ser aprobada el pasado 30 de abril en el pleno de la Cámara Alta para “crear una mesa de trabajo con modelo de parlamento abierto integrada por los sectores productivos, un representante del gobierno estatal y a nivel federal, la SHCP, Sectur, Fonatur, Semarnat y SRE; crear un mecanismo jurídico financiero ágil en el que se depositen los recursos para la contención y manejo del sargazo; asignar recursos federales, estatales y municipales a la atención inmediata de la contingencia; convocar a empresas calificadas, con experiencia exitosa en la materia, para que compitan, sin intermediarios, en la recolección de la macroalga desde alta mar”.
En este último punto ha insistido precisamente el Consejo Técnico de científicos de Quintana como única solución al fenómeno: “Se deben contener y recolectar las masas flotantes de sargazo a una distancia suficiente de la costa en aguas internacionales en altamar con embarcaciones de alto calado (de las mayores dimensiones) pues cualquier atención en aguas someras y en playas puede generar impactos inevitables al turismo, los ecosistemas y a la población. De otra forma sería solo una mitigación y no una solución”.
Sin embargo, el 30 de abril, con mentiras y otra vez desprecio hacia los quintanarroenses que basan su economía en la industria turística, Villegas impuso su agenda personal en la Junta de Coordinación Política (Jucopo) que, así, omitió la minuta acordada con empresarios y asociaciones civiles de Quintana Roo.
En esa sesión sólo se presentó el punto de acuerdo para que la Auditoría Superior de la Federación fiscalice los recursos utilizados por el Gobierno de Quintana Roo para la estrategia de atención al recale masivo de sargazo en 2018.
En ese punto de acuerdo quedó evidenciada la mentira de Marybel Villegas: no fueron 450 sino 62 millones los que aportó la federación para mitigar los impactos del sargazo en 2018, aunque desde 2013 se tenía conocimiento del fenómeno y desde 2015 empezó a provocar daños al ecosistema costero, la economía y la estabilidad de esta población que vive del turismo.
En esa ocasión la senadora Mayuli Martínez dijo estar de acuerdo con la transparencia en Quintana Roo, pero hizo hincapié en que no se están tomando decisiones para resolver el problema. Además, consideró “grave que en esta tribuna se mienta, porque en este acuerdo se establece que son 62 millones de pesos que el gobierno federal dio para el Fonden, y no los 450 que el jueves pasado nos dijeron que se tenía que aclarar”.
Luego, el senador Martí Batres se dirigió a Villegas y le dijo que “la Senadora Mayuli quiere hacerle una pregunta, ¿la acepta?”.
Y Villegas, con total desprecio, contestó: “No, no la acepto”.