CDMX.- Decepcionado y consternado por el trato que recibió por parte de los responsables de la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), quienes lo apartaron del proceso de edificación, el arquitecto Francisco González Pulido, fundador de FGP Atelier, se desmarcó de la obra que el Ejército mexicano erigió y lamentó que se haya desvirtuado su propósito y diseño interior.
En entrevista exclusiva con Forbes México previo a la inauguración del complejo aeroportuario, el arquitecto mexicano expuso que pese a que le fue solicitado el plan maestro para el edificio terminal del AIFA, mismo que entregó en 2020, su despacho ha estado lejos de involucrarse en el desarrollo y construcción de la obra que ha dado como resultado un proyecto que es distinto a su propuesta original.
“Cuando algo se aleja tanto de lo que yo hice, no va a hablar de mí, entonces yo tampoco voy a exigir que hablen de mí, mejor que no hablen de mí, porque eso que estoy viendo no se asocia conmigo, no es lo que yo soy ni es cómo yo lo pensé ni es lo que yo imaginé ni es lo que yo soñé”, reconoce González Pulido.
—¿Entonces, qué representa para usted este aeropuerto?
—No lo sé, porque no he estado ahí. No sé si quiero ir a verlo, me divido mucho. No sé qué va a ser. Yo espero que lo que sí sea es que hayamos tenido la capacidad de sembrar una semilla que, en el futuro, cuando se haga la terminal 2 o la expansión, que en el futuro empiece a transicionarse en lo que originalmente, como originalmente fue concebido, eso es en lo que sigo soñando”, comenta.
—¿Qué sí diseñó?
—Yo soñé para México un aeropuerto gigante en espíritu, que representara nuestra cultura, nuestro país, que se convirtiera en la entrada a nuestro país. Que lo recordáramos en la llegada y quisiéramos volver a la salida. Que fuera la entrada a un México sofisticado que nos dijera no lo que somos nada más sino lo que queremos ser. No dónde estamos, sino a dónde vamos”, sostiene.
De acuerdo con el arquitecto, desde mayo de 2020, cuando entregó la propuesta arquitectónica de la terminal aérea, el gobierno federal no volvió a solicitar su opinión, aun cuando su proyecto estuvo siempre direccionado bajo los principios de conciencia presupuestaria y eficiencia de flujos y costos de operación.
Cuestionado sobre si el diseño que pensó para el AIFA se apartó en algún momento del presupuesto, que en principio la Secretaría de Hacienda proyectó en 84 mil millones de pesos y hoy, dos años y medio después, se fijó en 75 mil millones de pesos, González Pulido admitió que pese a tener una relación contractual, el Ejército nunca le informó sobre sobrecostos en su propuesta.
Al contrario, reprocha, los responsables de la construcción del AIFA tomaron decisiones unilaterales que han dado como resultado un complejo que puede no cumplir con los objetivos que dieron paso a su construcción como la eficiencia y austeridad.
“Jamás en mi vida en ningún proyecto me había pasado que un cliente, y he trabajado con gobiernos, trabajé con el gobierno de Shanghái, terminé la casa de bolsa, un proyecto de 2 billones de dólares, con el gobierno de Tailandia, el aeropuerto de Tailandia, un proyecto de 7 billones de dólares, he trabajado con gobiernos y con la iniciativa privada y jamás ha sucedido que un cliente toma decisiones unilaterales sobre el proyecto por temas de presupuesto.
“Lo que toca hacer es (que) se acercan con el arquitecto y le dicen ‘arquitecto, esto que usted diseñó no va a costar 75 mil millones de pesos, va a costar 130 mil, tenemos que trabajar en esto para que no se pierda la integridad de su proyecto, pero que logremos el presupuesto’, ese es el camino normal”, expone.
“Yo no podía salir con que ‘arquitecto, tenemos 75 mil millones de pesos’ y yo les saco una terminal que iba a terminar costando 300 mil, eso es irresponsable”.
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador inaugura hoy el AIFA, una de las obras más importantes de un paquete de infraestructura sexenal, y que no ha estado excento de controversias por su presupuesto, tiempo de construcción y los innumerables atrasos que aún presentan diversas obras complementarias como la conectividad terrestre y que ha sido un punto medular en la poca atracción para la operación de aerolíneas.
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No obstante, el diseño interior también ha estado entre las críticas de diversos sectores de la sociedad mexicana. Desde comparaciones del edificio terminal con una nave industrial o sus baños temáticos y su profundo sentido nacionalista en los detalles, el AIFA ha despertado acalorados debates.
Para el arquitecto González Pulido, México ha perdido una buena oportunidad de presentar al exterior la innovación en arquitectura y manufactura nacionales y en su lugar, con el diseño de este nuevo aeropuerto ha apostado, de una manera ingenua, en representar la cultura mexicana con mal gusto.
“Esa historia la pudimos haber contado para México y nos hubiera posicionado arriba de muchos aeropuertos porque más que una imagen, y volvemos al concepto de Fórmula 1, este proyecto no sólo era una imagen apropiada en el contexto de su presupuesto y calendario, era un mensaje de que México podría moverse de ser un país manufacturero a la industria del conocimiento porque estamos experimentando en innovación y tipología que se presta para ello.
“Que al llegar los extranjeros a nuestro país iban a leer eso en México y ¿qué están leyendo? El folclor y eso es para una tienda de artesanías, pero no para un aeropuerto”.
“No puedes llegar a los pabellones de un aeropuerto internacional de la Ciudad de México y que parezca que estás caminando en San Miguel de Allende. Eso está muy bien en San Miguel de Allende, no estoy diciendo que eso no sea algo bonito. Cuando es auténtico tiene calidad, pero en un aeropuerto no tiene cabida algo así”, justifica.
En febrero pasado, Forbes México habló con los ingenieros militares a cargo de la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles quienes reconocieron que el concepto interior de la terminal estuvo pensado para que el viajero se encontrara con un pueblo mágico que resaltara el folclor mexicano por cada uno de sus rincones.
A lo largo de sus 1.5 kilómetros de extensión, los visitantes a la nueva terminal aérea se encontrarán, enfatizaron, con una basta oferta simbólica y artística que busca ser un faro de la mexicanidad que la administración lopezobradorista busca imprimir en sus proyectos insignia de infraestructura.
“Un aeropuerto no es un pueblo mágico, es un aeropuerto que nos tiene que representar de la forma más elevada y sofisticada”, aterriza González-Pulido.
“En el aeropuerto de Tailandia, por ejemplo, logramos integrar auténticos pabellones tailandeses en los nodos de la terminal, pero diseñados por gente que entiende de diseño gráfico, que entiende cómo combinar lo moderno con lo vernáculo de una forma sofisticada y entonces sí creamos espacios modernos y sofisticados con toques de cultura, eso es otra cosa, eso sí es magia”, añade
‘Modularidad, lo único que respetaron en el AIFA’
Aunque desconoce la totalidad de las modificaciones que realizó el Ejército mexicano al plan maestro que diseñó para el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el arquitecto Francisco González Pulido dijo que lo único que se respetó de su propuesta fue la modularidad de la terminal aérea.
Molesto por el crédito que merece su diseño, González Pulido comentó a Forbes México que siguiendo el patrón de su obra, el AIFA tiene un diseño modular que permitió a las Fuerzas Armadas poder terminarlo a tiempo conforme a la instrucción presidencial.
“Yo tuve que responder a condiciones. El tema de la modularidad claro que lo respetaron porque ese fue un tema que ellos sabían que les iba a ayudar a terminar a tiempo y yo lo diseñé así para que pudieran terminar a tiempo.
“Hablan de él como si fuera una idea que se les ocurrió a ellos, no, esto se me ocurrió a mí porque yo lo entiendo así, a mí me encanta la prefabricación y modularidad. Ve el Estadio de los Diablos Rojos, es modular, mi arquitectura es así. Eso sí lo respetaron porque era conveniente para ellos hacerlo de esa manera. Modular sí lo hicieron, pero lo demás lo cpambiaron”, lamentó.