RÍO DE JANEIRO.- Los simpatizantes del expresidente brasileño Luiz Inácio da Silva aguardaban el viernes con ansiedad su liberación frente a la sede de policial de Curitiba (sur), donde el líder de la izquierda cumple desde abril de 2018 una pena de 8 años y diez meses de cárcel.
Un abogado de Lula afirmó tras visitarlo por la mañana que no hay motivos para demorar la liberación, después que la corte suprema vedara el jueves el encarcelamiento de personas que no hayan agotado todos los recursos legales disponibles.
“Esperamos que [la juez de ejecución de penas] expida de inmediato la orden de liberación, porque no hay ninguna razón para aguardar cualquier otro trámite”, declaró Cristiano Zanin, tras entregar el pedido de soltura a la juez de ejecución de penas.
Frente a la Superintendencia de la Policía Federal, varias decenas de personas volvieron a corear por la mañana “¡Buen día presidente!”, con la esperanza de que sea la última vez que cumplen ese ritual cotidiano.
“Esperamos que Lula salga de la sala donde está secuestrado hace 580 días, camine en medio del pueblo y venga a la vigilia, le dé un abrazo al pueblo y que nosotros podamos abrazarlo para compartir este momento especial de conquista de su libertad”, dijo a la AFP Roberto Baggio, coordinador del campamento “Lula libre”.
Los simpatizantes políticos del expresidente (2003-2010) no son los únicos que lo esperan con ansias, también su novia Rosángela da Silva, conocida como “Janja”.
“¡Mañana te voy a buscar! ¡Espérame!”, tuiteó en su cuenta @JanjaLula cerca de la medianoche del jueves.
– Luz de esperanza –
Zanin dijo que Lula “está muy sereno”. “La decisión de la corte suprema le dio una luz de esperanza de que pueda haber justicia. Nuestra batalla jurídica, nuestro foco, es obtener la nulidad del proceso”, agregó.
Lula fue condenado como beneficiario de un apartamento en el litoral de Sao Paulo, ofrecido por una constructora a cambio de contratos en Petrobras.
Pero el exsindicalista niega los cargos y se considera víctima de una manipulación judicial para impedirle presentarse a los comicios presidenciales de 2018, en los que resultó elegido el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Su postura ganó fuerza cuando Bolsonaro designó ministro de Justicia al juez Sergio Moro, emblema de la operación anticorrupción Lava Jato y autor de la primera condena contra el expresidente (2003-2010).
Moro afirmó este viernes que la decisión de la suprema corte “debe ser respetada”, pero sostuvo que “continuará” defendiendo la prisión después de una condena en segunda instancia. “El Congreso puede, de todos modos, modificar la Constitución o la ley” para permitirlo de nuevo, agregó.
– Impacto político –
Según analistas, Lula en libertad podría fortalecer tanto al PT como, paradójicamente, a Bolsonaro, que supo captar el odio de una parte del electorado hacia el exlíder sindical, prometiendo incluso hacer que el exmandatario se “pudra en la cárcel”.
“Para Bolsonaro es una buena noticia, porque refuerza la polarización ideológica que lo eligió. Veremos a Lula más presente en el escenario político y eso permitirá que Bolsonaro refuerce su papel de líder del campo anti-PT”, dijo la AFP el analista Thomaz Favaro, de Control Risks.
Por otro lado, “la liberación de Lula empodera al PT como líder de la oposición. Pero al mismo tiempo es una figura que divide a la izquierda” y al surgimiento de una “izquierda post-Lula”, agregó.
Bolsonaro hasta ahora no reaccionó, pero sí dos de sus hijos.
“Miles de presos serán liberados (…) generarán graves consecuencias sociales y económicas internas y externas”, escribió el concejal Carlos Bolsonaro.
También el diputado Eduardo Bolsonaro criticó la nueva situación a la que se ve confrontada el poder judicial, aunque entre los 4.895 posibles beneficiarios de la decisión del STF muchos permanecerán en la cárcel, en régimen de prisión preventiva, debido a su peligrosidad.
La decisión del STF priva de uno de sus instrumentos favoritos a la Operación Lava Jato, que llevó a la cárcel a decenas políticos y empresarios por formar una trama de sobornos en Petrobras. (FUENTE: AFP)