BOCANADAS
EN EL SIEMPRE volátil escenario político mexicano, los movimientos desesperados suelen ser tan reveladores como sus protagonistas. Un ejemplo claro lo acaba de dar Lili Campos Miranda, ex presidenta municipal (PAN-PRI) de Solidaridad, quien, tras una gestión señalada por irregularidades financieras y administrativas, busca ahora, con un indiscreto intento de cambio de banderas, la protección política en Morena, el partido que alguna vez criticó con vehemencia.
Guardando bajo perfil hasta el domingo pasado, la ex alcaldesa reapareció en público y fue fotografiada en la Ciudad de México durante el evento de los 100 días de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, compartiendo sonrisas y abrazos con figuras clave de Morena como Ricardo Monreal y Pedro Haces.
Aunque estas imágenes podrían interpretarse como un intento de legitimarse dentro de las filas del partido en el poder, para su sucesora, la presidenta municipal morenista Estefanía Mercado, no representan más que un acto de distracción.
“Fotos, cualquiera puede tomárselas”, afirmó al ser cuestionada, subrayando que lo importante es que Lili Campos explique el estado en que dejó las finanzas y servicios públicos de Solidaridad. Según Mercado, las investigaciones sobre presuntos desvíos, gastos no comprobados y una larga lista de “aviadores” están en su fase final, y advirtió que su prioridad es la justicia para el pueblo, no las aspiraciones personales “de quien claramente tiene muchas cuentas pendientes”.
TIRO PERFECTO
LA ACTUAL ADMINISTRACIÓN en el segundo municipio más importante de Quintana Roo heredó un caos financiero, obras inconclusas y un sistema de seguridad pública debilitado. Las auditorías sobre las irregularidades de la gestión de Campos Miranda ya se encuentran en proceso jurídico y podrían derivar en responsabilidades legales, reveló la actual alcaldesa.
En este contexto, las recientes fotografías de Lili Campos arropándose con legisladores de Morena parecen más un intento de obtener inmunidad política que de reconciliación ideológica. De ahí que Estefanía Mercado confíe en que la aplicación de la ley prevalecerá sobre cualquier acuerdo político fuera de los principios éticos que deben regir a Morena.
“Nos enfocamos en trabajar con honestidad y justicia para los solidarenses, no en distracciones que buscan desviar la atención de lo verdaderamente importante”, sentenció.
VITOLA
MIENTRAS TANTO, CABE preguntarse -y preguntarles- si Ricardo Monreal y Pedro Haces conocen realmente el estado en que su nueva amiga dejó Solidaridad. Ambos son figuras prominentes en Morena, pero el cobijo que parecen darle a una política con un historial de acusaciones podría poner en entredicho su criterio político y el respeto jurado a los cánones de Morena.
El caso de Lili Campos es un ejemplo de cómo, en la política mexicana, las alianzas y las ideologías pueden sacrificarse por conveniencia personal. Sin embargo, Solidaridad y sus habitantes merecen respuestas claras y justicia más allá de fotos que sólo representan un caso más de oportunismo político.
BUENOS HUMOS
EL DESLINDE QUE hizo ayer Johana Acosta, dirigente estatal de Morena, respecto a la presencia de Lili Campos en el evento de los 100 días de gobierno de la presidenta Sheinbaum, deja claro que no ha existido acercamiento formal entre ambas partes, pero también pone en evidencia las inconsistencias que rodean a figuras políticas que intentan cambiar de bandera sólo para buscar acomodo… o protección.
Si bien Morena ha abierto las puertas a quienes comparten sus ideales, la líder morenista subrayó que todo aspirante debe pasar por un escrutinio riguroso en la Comisión de Justicia, un filtro que, de cumplirse al pie de la letra, debería eliminar cualquier duda sobre la sinceridad de estos acercamientos que no abonan al proyecto de unidad en la 4T.
TRIPA CORTA
RESULTA IRÓNICO QUE Lili Campos, vinculada anteriormente al PAN y a la cuestionada administración del aún embajador de México en Canadá, Carlos Joaquín, sea ahora señalada por buscar un espacio -o de menos cobijo- en Morena. Aunque su presencia junto a figuras como Ricardo Monreal y Pedro Haces podría interpretarse como un intento por legitimar su cercanía con el partido, la falta de claridad sobre sus intenciones genera suspicacias entre los militantes y simpatizantes de Morena en Quintana Roo, quienes han exigido siempre coherencia entre los principios del partido y las alianzas que se pacten.
Lo que no deja de ser un episodio pintoresco es el hecho de que, según trascendió, la ex alcaldesa panista asistió al evento portando una credencial que la acreditaba como legisladora federal, cargo que evidentemente no ostenta pues, hasta donde se sabe, sólo presta algún apoyo en el cuerpo de asesores de Monreal. Quizá esta “confusión” sea más bien un adelanto de su creatividad política o, en el mejor de los casos, una muestra de su improvisación para encajar, como sea, en cualquier lugar.