CANCÚN.- En un fuerte operativo realizado por la Fiscalía Especializada en Atención al Narcomenudeo, el Ejército Mexicano y al Marina, 16 personas, presuntamente dedicados a la venta de droga, fueron detenidos en un hotel en construcción en la Zona Hotelera de esta ciudad.
El operativo se centró en la construcción de lo que fuera el hotel Melody Maker, en el Kilómetro 12 del bulevar Kukulcán, aunque también abarcó los alrededores del Esmerald y el Beach Palace.
Agentes de la Fiscalía Especializada en Atención al Narcomenudeo, escoltados por un alto número de efectivos del Ejército Mexicano y la Marina, ingresaron a la obra y detuvieron a 16 personas, varias de ellas con mochilas en las que encontraron diversas drogas.
De acuerdo a la información dada por la Fiscalía General del Estado, además de los detenidos, aseguraron dos armas cortas y más de 300 dosis de marihuana, en este operativo que surgió “como parte de la estrategia del Grupo Estatal para la Construcción de la Paz y Seguridad”.
Versiones indican algunos de estos sujetos amenazaron a los agentes, asegurándoles que si los detenían sus familiares pagarían las consecuencias. En reacción, los uniformados golpearon a estos sospechosos.
Después de iniciado el operativo, arribaron elementos de la Policía Quintana Roo, quienes presuntamente no habían sido avisados del mismo. Aunque inicialmente resguardaron el perímetro, al poco tiempo ingresaron al hotel, en donde reunieron a todos los trabajadores en el lobby y allí los sometieron.
Los trabajadores denunciaron posteriormente que allí les vendaron los ojos y les quitaron sus carteras y celulares. Después de casi una hora, los liberaron, pero ya sin regresarles sus pertenencias.
El grupo de ciudadanos se congregó afuera del hotel, para gritarles reclamos a las patrullas de la Policía Quintana Roo, que ya se retiraban.
A la prensa, las presuntas víctimas denunciaron lo ocurrido.
“Entonces cómo, ¿qué quiere que hagamos?”, exclamó uno. “Nos ganamos pinches tres mil pesos a la semana para mantener a nuestras familias y el celular lo compramos a crédito. Nos los quitaron, pero debemos seguirlo pagando”.
El trabajador dijo no oponerse a que hagan estos operativos, si es su trabajo, pero no deben abusar de los ciudadanos inocentes.
“El que protestaba, su madrazo le daban”, interrumpió otro.
Una mujer, que se dedica a la venta de alimentos para los obreros, dijo que perdió toda su charola, al igual que la venta del día.
“¿Son oficiales o son rateros?”, repetía otro de los perjudicados.