BRASIL.- El plazo otorgado por un juez para que el expresidente brasileño Lula da Silva se entregara a la justicia venció este viernes, sin que el exmandatario haya acudido ante las autoridades para cumplir con su condena de 12 años de prisión.
Ayer, el juez Sergio Moro decretó la prisión de exlíder obrero, minutos después de que el máximo tribunal de Brasil rechazara un recurso promovido por su defensa conocido como “habeas corpus”. Esa última instancia derivó en la orden de Moro para que el expresidente se entregara de manera voluntaria a la Policía Federal de Curitiba.
De acuerdo con la agencia Reuters, Lula permanece en la sede del Sindicato de los Trabajadores Metalúrgicos en la zona metropolitana de Sao Paulo, hasta donde han llegado cientos de simpatizantes, dirigentes políticos y legisladores, algunos incluso reconocidos como “enemigos históricos” del exmandatario.
En 2016, Lula fue acusado de manera formal de haber recibido un soborno de 3,7 millones de reales (alrededor de un millones de dólares) de la constructora OAS, que se habrían materializado en la forma de un apartamento en el balneario paulista de Guarujá.
En julio de 2017, el expresidente fue condenado a 9 años y 6 meses de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero en el caso del apartamento en Guarujá. Su defensa aún logró prolongar el encarcelamiento con una serie de impugnaciones, pero en el camino se amplió la condena hasta a 12 años.
Según fuentes locales, el expresidente estaría negociando su entrega con elementos de la Policía Federal. Hasta ayer, Da Silva aún tenía intenciones de competir en la elección presidencial del próximo mes de octubre. (FUENTE: EL MUNDO)