CHETUMAL.- La llamada de auxilio por un incendio llegó a la estación de bomberos y de inmediato, tres vulcanos se pusieron sus equipos y subieran en una pipa. Rápidamente, el vehículo se abrió paso entre las calles para llegar cuanto antes a su destino. Por separado, se notificó a la Unidad de Respuesta a Emergencias Médicas (UREM), que mandó una ambulancia a toda velocidad, con su ululante sirena. Al llegar al lugar indicado, vieron que no había emergencia alguna. Cuestionando a los vecinos, nadie sabía de lo que hablaban. Otra vez, una falsa alarma.
Situaciones como la vivida esta mañana ocurren demasiado a menudo, se quejan los bomberos, que estiman que deben salir a atender llamadas de “bromistas” unas dos o tres veces por semana. Más allá de la molestia y falta de respeto para todos los involucrados, es un desperdicio de recursos para cuerpos que ya están en aprietos financieros, y que pueden terminar costando la vida o patrimonio de personas.
Tan solo el mover la ambulancia tiene un costo de 800 pesos, por gasolina, personal (tres personas por unidad) y equipo. Los bomberos también tienen que enfrentar estos gastos operativos, situación que se repite si además se moviliza a policías o Protección Civil.
Lo peor es que a menudo por atender una situación ficticia, se posterga un hecho real, lo que pone en riesgo su tiempo de reacción. (FUENTE: AGENCIA SIM)