BOCANADAS
TRAS TRES DÍAS de desgarres públicos, acusaciones de corrupción y exhibiciones de poder, Ricardo Monreal y Adán Augusto López, los líderes de Morena en las Cámaras de Diputados y Senadores, fueron convocados anoche a Palacio Nacional. Pensaban que la anfitriona sería la presidenta Claudia Sheinbaum, pero en vez de eso se toparon como árbitro del encuentro a Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación, en lo que pareció ser una urgente intervención para contener un incendio que amenazaba con chamuscar la unidad del partido. La orden de arriba fue clara y contundente: parar la guerra interna y tomar acuerdos “por el bien del país y del movimiento”. La mano de Sheinbaum se sintió firme, dando el necesario “manotazo sobre la mesa” para evitar que la disputa entre estos viejos -y pendencieros- lobos de mar se llevara entre las patas a Morena y a la Cuarta Transformación.
Las imágenes que circularon minutos después en redes sociales mostraban a Monreal y a Adán Augusto sentados, flanqueando a Rosa Icela Rodríguez. El semblante serio, las manos entrelazadas y una sonrisa forzada de ambos, evidenciaban que la paz fue, más que genuina, una tregua obligada. “Nos reunimos para hacer política por el bien del país y del movimiento que representamos”, escribió Monreal en sus redes, intentando restarle dramatismo al choque de trenes que él mismo había descrito ayer -en un post- como “el inicio del deterioro estructural de Morena”.
Por su parte, la mandamás de la Segob disfrazó el encuentro como un acuerdo técnico y se limitó a anunciar que no habría periodo extraordinario de sesiones en diciembre, concluyendo su mensaje con un “nos deseamos Feliz Navidad”. Sin embargo, en los pasillos del poder quedó claro que, más que desearse felices fiestas como los buenos camaradas que son cuando no tienen conflictos de poder y dinero, los protagonistas del affaire habían sido llamados a rendir cuentas y a comportarse como lo que son: operadores políticos de la 4T y no “vulgares ambiciosos”, como los que tanto criticaba el caudillo López Obrador.
TRIPA CORTA
LA PUGNA ENTRE Monreal y Adán Augusto estalló públicamente la semana pasada, cuando el tabasqueño acusó irregularidades millonarias durante la gestión de Monreal al frente del Senado. Denuncias de contratos opacos, manejo cuestionable de archivos históricos y “negocitos añejos” fueron parte del arsenal con el que Adán Augusto buscó golpear al zacatecano. Monreal, lejos de ceder, respondió con firmeza: calificó las acusaciones como infundadas y acusó una estrategia de mala fe, al tiempo que advirtió que “los grandes movimientos comienzan a derrumbarse desde dentro”, pronosticando “el inicio del deterioro estructural” del partido guinda.
El detonante del pleito fue el recorte presupuestal al Senado que provocó encono en ambas Cámaras. Mientras Adán Augusto insistía en que combatiría “la corrupción heredada”, Monreal lo desmentía al asegurar que el aumento del presupuesto era del 3% y estaba completamente auditado. La confrontación escaló y evidenció una lucha interna que, más allá de los números, se trató -nadie lo duda- de una disputa por poder, influencia y recursos económicos.
TIRO PERFECTO
ANTE EL CAOS, Claudia Sheinbaum tuvo que actuar. Si bien al inicio calificó el problema como un “asunto menor”, su tono cambió radicalmente este lunes en su conferencia matutina: “No puede ser un tema de recursos el que lleve a una discusión. Se va a resolver; hay unidad en el movimiento”, sentenció la presidenta, mostrando que la fractura entre los líderes parlamentarios corría el riesgo de profundizarse más de lo que se admitía públicamente.
Sheinbaum entendió que la confrontación entre estos colmilludos tiburones de acantilado ponía en riesgo la estabilidad de Morena y exponía su liderazgo al frente del Ejecutivo. Por ello, su instrucción fue clara: la disputa debía cesar y el partido no podía seguir exhibiendo fisuras internas. Y menos por dinero o fracciones de poder.
Al convocar a ambos líderes a Palacio Nacional y colocar a la adusta Rosa Icela Rodríguez como árbitro, la presidenta envió un mensaje rotundo: la unidad del movimiento está por encima de cualquier ambición personal y tenía que cesar ese polémico pleito ahí mismo. A regañadientes pero así fue, y tuvieron que darse las manos para poner fin al “tiro”.
Hay voces que cuestionan la participación de Rosa Icela -como miembro del Ejecutivo- en un conflicto parlamentario, pues desde el punto de vista estrictamente legal, la intromisión de Gobernación en una disputa del Poder Legislativo y de un partido político podría considerarse una violación a la autonomía de los poderes. Sin embargo, en la práctica, el encuentro mostró la mano visible de Claudia Sheinbaum moviendo los hilos del poder con destreza política para evitar una crisis mayor.
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VITOLA
EL EPISODIO DEJA al descubierto un problema de fondo en Morena: la falta de disciplina interna y un liderazgo partidista debilitado. Mientras Andrés Manuel López Obrador mantenía un control férreo y vertical sobre el movimiento, hoy Claudia Sheinbaum enfrenta el reto de sostener sola la unidad sin que las disputas internas comprometan su proyecto de gobierno. Porque los nuevos dirigentes de Morena, Luisa María Alcalde y Andrés López Beltrán, están concentrados en la afiliación de militantes y en apuntalar el proyecto de “Andy” a la jefatura de Gobierno de la CDMX. Y lo que pasa en el partido, no es tema relevante para ellos por ahora.
El choque entre Monreal y Adán Augusto no fue solo un enfrentamiento de egos: fue una advertencia de que la batalla por el poder en Morena se irá intensificando. Por ahora, Sheinbaum logró apagar el incendio, pero la gran pregunta es cuánto tiempo durará la tregua.
Los viejos lobos de mar del partido saben jugar sus cartas y ya lo han demostrado. La reunión anoche en Palacio Nacional fue apenas un alto en el camino, una pausa forzada para evitar mayores daños a la imagen de Morena, pero la verdadera prueba para Sheinbaum será consolidar su liderazgo y evitar que nuevas disputas internas perjudiquen el movimiento.
Por lo pronto, en Palacio Nacional se firmó la paz. “Nos deseamos Feliz Navidad”, dijo Rosa Icela para justificar sin mayores explicaciones ese encuentro con los beligerantes cuanto impúdicos dirigentes legislativos, pero queda claro que la política es mucho más que una tarjeta de buenos deseos decembrinos.
BUENOS HUMOS
CERRADO MÁS DE un año por las obras del Tren Maya, la gobernadora Mara Lezama puso en servicio el nuevo puente de entrada a Chetumal sobre la avenida Álvaro Obregón, que además de mejorar la fluidez vehicular ofrecerá una imagen renovada para quienes lleguen o visiten la capital quintanarroense. Con promesa de apertura para estas fechas, esta moderna obra se suma a la inauguración de los tramos 6 y 7 del Tren Maya que ya conectan a Chetumal con el resto del estado y a otras ciudades del sureste, cuyo banderazo dieron la gobernadora y la presidenta Claudia Sheinbaum el fin de semana.
BAJADAS LAS CORTINAS del Senado por el primer receso legislativo, Eugenio Segura no desaprovecha el tiempo y confirma por qué es el senador más activo que tiene Quintana Roo. En 48 horas, inauguró en Tulum -lo acompañó el alcalde Diego Castañón- su cuarta Casa de la Transformación para atender y gestionar temas ciudadanos, plantó con voluntarios 250 árboles del programa Sembrando Vida y abrió las jornadas de Bienestar Animal con servicios gratuitos para mascotas. En Chetumal, “Gino” participó en la Copa Caribe 2024, evento deportivo que promueve inclusión e igualdad y hoy, en Bacalar, llevará también la jornada de atención a las mascotas. A otros, en tanto, no se les escucha, ni se les ve.
ENSEÑÓ EL MÚSCULO Renán Sánchez Tajonar, dirigente estatal del PVEM, y ante militantes y liderazgos del partido del tucán presumió en una reunión de agradecimiento los casi 140 mil votos obtenidos en el proceso electoral de junio pasado, los cuales, dijo, los han consolidado como la segunda fuerza política en Quintana Roo. Anticipa que el 2025 será mejor para los verdes y que con trabajo, organización y resultados crecerán para seguir apuntalando la Cuarta Transformación. No sabemos si llevaba dedicatoria para Adán Augusto y Monreal, pero enfatizó en que en el PVEM “somos una familia fuerte, unida y comprometida, con presente y gran futuro”. Y tiene razón, en el PVEM hay un liderazgo único, donde los patos no le tiran a las escopetas.
RESISTIÉNDOSE A LA andanada de críticas ciudadanas que sugerían que en vez de gastar los recursos públicos en eventos populacheros los invirtiera mejor en pavimentación, seguridad y servicios, la alcaldesa de Solidaridad, Estefanía Mercado, abarrotó anoche con 10 mil almas el Recinto Ferial de Playa del Carmen, donde en prenavideño concierto se presentaron los Ángeles Azules que pusieron a bailar y cantar a todos. Los baches, la recaudación y el mejoramiento urbano pueden esperar un poco, pues la cartelera musical no se ha cerrado. Para el día 30, Estefanía tiene programado otro circo distractor… perdón, concierto gratuito de fin de año… pero con la Arrolladora Banda El Limón. Total, mientras haya bailongo gratis, el pueblo bueno y sabio aguanta todo.
POR CIERTO, ES tema en los pasillos del Palacio Municipal playense que la guerra de egos entre Luis Herrera y Arturo Castro va in crescendo. El primero, rico ejidatario y líder taxista de bajo nivel político (suple la carencia con la amistad y paciencia de la “presi”), es secretario municipal, en tanto el segundo, hábil operador político, experto en campañas -manejó la de Estefanía- y con buenas relaciones en la 4T, no ha logrado cuajar todavía en el equipo de la alcaldesa. Se esperaba que el todopolítico Castro fuera el secretario del Ayuntamiento, pero Estefanía optó por su amigo Herrera para ser su segundo de a bordo, aunque en los hechos éste ni siquiera ha podido poner orden en su descontrolado sindicato. A Arturo le ofrecieron -de consolación- una “Secretaría de Gobierno” inexistente en el organigrama y con funciones no muy claras, pero que la ha asumido tan seriamente que ya hay fuertes roces con Luis Herrera por la duplicidad de funciones y por ver quién sale en más fotos.