CANCÚN.-El Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) mantiene su postura de retirarse de Cancún si se mantiene la tendencia de sobredensificar la zona hotelera con más habitaciones, sin que se cuente con la infraestructura que soporte la carga que esto supone.
Así lo dio a conocer Rogelio Jiménez Pons, director del fondo, quien dijo que no se oponen a la inversión, sino a que se condene el destino a la saturación de los servicios, los cambios de uso de suelo a conveniencia de los nuevos proyectos y a la corrupción que implica modificar los planes originales que no tenía previsto un crecimiento como el que hoy tiene Cancún.
Fonatur se opone a la construcción tanto del hotel RIU Riviera Cancún como del Grand Island de 500 y 3,000 habitaciones, respectivamente, para las cuales asegura que no existe capacidad en sus plantas de tratamiento de aguas para atender la carga que ambos complejos implicarán una vez que estén en operación.
De hecho, esta postura la dio a conocer desde diciembre del 2020, cuando el director jurídico de la dependencia, Alejandro Varela, indicó a El Economista que estaban esperando recibir un poco más de información para emitir una opinión más objetiva, “pero en principio, Fonatur está rotundamente en contra de la sobredensificación sin respetar los planes maestros originales; creemos que el número de llaves que proponen (Grand Island y RIU Riviera Cancún) exceden por mucho la capacidad de servicios que existe y los servicios los proporciona Fonatur”.
“Sería irresponsable de nuestra parte avalar proyectos que no traen infraestructura aparejada y que pueden traer gravísimas consecuencias ambientales, sociales y viales; estamos rotundamente en contra en tanto no haya un argumento que nos demuestre que nuestros temores son infundados”, expuso el funcionario, tras dar una ponencia en la Exporail 2020.
Respecto a cómo harían valer su oposición a ambos proyectos, el director jurídico sostuvo que “nos retiramos, dejamos de mantener las plantas de agua y dejamos de mantener el bulevar Kukulcán”.
Recordó que al menos en el caso de la cadena RIU la dependencia ha pedido replantear su proyecto a cambio de que Fonatur lo apoye con la construcción de un hotel en otro Centro Integralmente Planeado, dada la disponibilidad de tierra con que cuenta el fondo en otros estados de la República.
Las principales labores de la dependencia en el destino son el mantenimiento de la zona hotelera, el cual va desde la limpieza diaria de calles, repavimentación, jardinería, alumbrado público, pero sobre todo la operación de las aguas de tratamiento. Alejandro Varela aseveró que anualmente estas labores demandan un presupuesto de entre 100 y 120 millones de pesos.
Pese a los dichos de Fonatur, ambos complejos se están edificando actualmente. El RIU Riviera Cancún logró echar abajo los amparos que se habían interpuesto en su contra, mientras que el Grand Island ha mantenido su edificación desde el 2020