LA HABANA.- A dos días de festejar su cumpleaños número 58, Miguel Díaz-Canel se ha convertido hoy jueves 19 de abril en el nuevo presidente de Cuba, luego de 69 años de gobiernos compartidos entre los hermanos Fidel y Raúl Castro, desde el triunfo de la Revolución cubana.
Tras ser propuesto ayer por la Comisión de Candidaturas Nacional (CCN) para presidente del Consejo de Estado de Cuba y Consejo de Ministros, fue elegido como presidente de Cuba este jueves 19 de abril en votación con 603 votos de 604.
Desde el 24 de febrero de 2013 Díaz-Canel, considerado el discípulo favorito de Raúl Castro, fungía como el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros del país. No es militar como la mayoría de los dirigentes cubanos y no luchó por la Revolución, pero es un obediente hijo de ella.
Se graduó de Ingeniería Eléctrica en la Universidad Marta Abreu de Las Villas en 1982 y fue a trabajar durante tres años al Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), dirigidas por Raúl Castro.
En 2008 Raúl Castro sustituyó a su hermano enfermo en la Presidencia y un año después estaba sacándose de encima a ocho ministros. Díaz-Canel ya le gustaba en ese entonces y lo designó Ministro de Educación Superior.
El 24 de febrero de 2013, se convertiría en el primer vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros de Cuba.
SU VIDA PERSONAL
Miguel Díaz-Canel tiene dos hijos con Martha, su primera esposa. Actualmente está casado con Lis Cuesta Peraza, una profesora universitaria que trabaja para la agencia de turismo Paradiso.
Su padre, Miguel Díaz-Canel, es mecánico tornero, y su madre, Aida Bermúdez, maestra.
Cuentan que desde que era estudiante le encantaba el deporte, sobre todo el baloncesto. En el fútbol, su equipo es el FC Barcelona.
Es callado, dicen que le gusta la cerveza y la gente que lo conoce fuera de sus cargos, insiste en que es “buena gente”.
Como casi todos los políticos en Cuba, la vida personal no va a los medios. Sus funciones son otras. Las de él ahora son, principalmente, continuar el legado del único Gobierno que conoce y poner mano dura a quienes intenten socavarlo.
Raúl Castro dejó el poder, el que le exigía ir a las reuniones, encabezar delegaciones y darle frente a los problemas del país. Le pasó estas responsabilidades a un ingeniero de profesión que lleva años forjándose una carrera política de designación en designación.
Sin embargo, el poder real continúa en sus manos. Se queda al frente del único partido legal en la Isla que es además el que da la última palabra y supervisa todos los procesos.
Por si fuera poco, continúa al frente del Ejército, dueño además de las principales cadenas hoteleras, tiendas y negocios que sustentan al país.