BOCANADAS
LA GIRA DE fin de semana de Gerardo Fernández Noroña por Quintana Roo no fue un acto aislado ni meramente institucional, como la agenda oficial lo marcaba. Detrás de los discursos sobre la reforma judicial y la defensa de la Cuarta Transformación, la presencia del presidente de la Mesa Directiva del Senado se percibe como una estrategia política más profunda: medir la fortaleza del morenismo en el estado, consolidar liderazgos y, sobre todo, contener las avanzadas de Ricardo Monreal y Pedro Haces, dos personajes que han comenzado a incomodar en Palacio Nacional por sus adelantados protagonismos para tomar mano en las elecciones del 2027, como por sus cada vez más sonados excesos y escándalos políticos.
Desde su llegada, Fernández Noroña fue recibido con honores que pocas veces se ven fuera de campaña. Gobernadora, alcaldes, senadores, diputados locales y federales, así como los liderazgos clave de Morena, se alinearon en torno a su figura, en una demostración de unidad que recordó los tiempos en los que Claudia Sheinbaum recorrió el país como candidata presidencial. La señal fue clara: en Quintana Roo, la estructura morenista tiene un solo centro de poder y ese es Mara Lezama.
TIRO PERFECTO
EL PERIPLO DE tres días de Fernández Noroña sirvió para pulsar liderazgos locales y uno de los que salió mejor posicionados ante el ojo del emisario de Palacio fue Eugenio Segura, presidente de la Comisión de Turismo en el Senado y su anfitrión personal -e inseparable- en toda la gira. “Gino” Segura se perfila como una de las cartas más sólidas para la sucesión de Mara Lezama en el 2027 y su presencia al lado de Fernández Noroña en cada evento mostraron que no es un jugador menor dentro del tablero político de la 4T.
A diferencia de otros actores que han buscado posicionarse a la sombra de padrinos nacionales, el joven senador ha construido su capital político en tierra y con trabajo de base. Su cercanía con la gobernadora lo coloca en una posición privilegiada para la continuidad del proyecto de Morena en Quintana Roo.
TRIPA CORTA
EN EL ‘NOROÑA-TOUR’ dos de los grandes ausentes fueron Diego Castañón, alcalde de Tulum, y la diputada federal Marybel Villegas. Ambos son identificados con el ala de Ricardo Monreal, líder de la bancada morenista en la Cámara de Diputados federal, cuyo capital político en Quintana Roo parece desdibujarse frente al músculo que Lezama y su equipo mostraron en este recorrido. A favor de Diego se puede decir que viajó el fin de semana fuera del estado por su reciente paternidad, pero en el caso de Marybel, es más que sabido que, por sus formas y fondos, no tiene mayores consensos en el morenismo local.
El caso del groseramente opulento líder obrero y diputado federal Pedro Haces es aún más revelador. Su reciente escándalo por la propiedad de un rancho millonario –donde realiza fastuosas fiestas que contrastan con los principios de austeridad de la 4T–, así como su ausencia en el Congreso para asistir al Super Bowl en Estados Unidos y hace poco para viajar al Vaticano, donde visitó al Papa según que “en apoyo a los mexicanos” (así lo posteó en sus redes sociales), han generado un malestar creciente en el círculo cercano de Sheinbaum. Haces ha sido señalado incluso por la periodista Anabel Hernández de tener vínculos con el crimen organizado, una acusación que, aunque no ha sido judicializada, pesa como una losa sobre su imagen pública y la de aquellos que lo respaldan.
VITOLA
PERO SI ALGO ha tensado aún más la relación del polémico líder de trabajadores con la presidenta, es la llamada “cobranza delegada”, una iniciativa que Haces impulsó en la Cámara de Diputados prácticamente en lo oscurito, permitiendo que empresas descuenten directamente de la nómina de los trabajadores los pagos de créditos y deudas adquiridas. La medida, que beneficia abiertamente a las financieras y golpea a los empleados, generó una respuesta inmediata de la presidenta, quien se opuso tajantemente y dejó claro que no permitirá que pase en el Senado. La mandataria incluso amenazó con vetarla si llegaba a sus manos, evidenciando su creciente distancia con el líder obrero y su manera de operar.
Este episodio ha sido clave para entender la razón detrás de la avanzada de Fernández Noroña en Quintana Roo. Sheinbaum ha decidido tomar la iniciativa y reforzar las alianzas con los gobernadores y liderazgos locales que realmente representan la continuidad de su proyecto, cerrando espacios a quienes, como Monreal y Haces, siguen jugando a la política de antaño con prácticas que contradicen los principios de la 4T.
BUENOS HUMOS
LA AVANZADA DE Fernández Noroña en Quintana Roo no se entiende sin el visto bueno de la presidenta. Con Monreal y Haces jugando por la libre y acumulando escándalos, Sheinbaum ha decidido consolidar su base y marcar una línea clara de lealtades dentro del movimiento.
En Quintana Roo, la señal es inequívoca: el liderazgo político está en manos de Mara Lezama y su equipo. La ausencia de figuras vinculadas a Monreal y Haces en la gira de Fernández Noroña confirma que la estructura de Morena en el estado tiene una sola línea y no hay espacio para quienes intenten imponer su propio juego con estrategias priistas recicladas.
Más allá de la agenda oficial, la visita del líder de la mesa directiva en la Cámara Alta dejó claro que el verdadero objetivo era fortalecer a los liderazgos alineados con Sheinbaum y marcar distancia con quienes representan riesgos para la 4T. La respuesta de la militancia y los cuadros políticos en Quintana Roo fue contundente: la ruta a seguir es con la presidenta, con Fernández Noroña como pieza clave en el Senado y con figuras como Mara Lezama y Eugenio Segura consolidando el futuro del movimiento en el estado.
Mientras Monreal y Pedro Haces intentan tejer alianzas en la sombra, la dirigencia real de Morena ya comenzó a cerrar filas. La visita de Noroña, insistimos, no fue solo un acto protocolario, sino un mensaje claro de quién tiene el control político en Quintana Roo y hacia dónde apunta el futuro de la 4T en esta región del país.