CDMX.- El penacho de Moctezuma, expuesto en el Museo Antropológico de Viena, no podría ser trasladado a México “al menos en los próximos diez años”, aseguró este martes Gerard van Bussel, curador de las colecciones de América del Norte y Central de esta institución pública austríaca.
“El penacho es demasiado frágil”, aseguró van Bussel, ya que está formado principalmente por material orgánico, y cualquier vibración “en el aire o la carretera lo destruiría”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador criticó este martes que Austria se ha apoderado “por completo” del icónico Penacho de Moctezuma, ubicado en un museo de Viena, y advirtió: “esa pieza es nuestra y somos muy perseverantes”.
En conferencia de prensa, el mandatario dijo que recomendó a su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, de viaje oficial en Austria, que pidiera prestado el Penacho de Moctezuma para exhibirlo en 2021 en los aniversarios de la conquista y la independencia de México.
“Le recomendé que tratara lo del penacho, que insistiera en lo del penacho, aunque le dije que no era una misión fácil, que era como una misión imposible porque los austriacos se han apoderado por completo del penacho”, expresó López Obrador.
El mandatario recordó que Maximiliano II, austriaco que dirigió el Segundo Imperio Mexicano, pidió el penacho pero “no lo logró”.
“No se lo quisieron ni siquiera prestar a Maximiliano de Austria, paisano de ellos”, subrayó.
El Museo Antropológico de Viena respondió este martes al presidente mexicano que el Penacho de Moctezuma no podrá ser trasladado a México “al menos en los próximos diez años” porque es “demasiado frágil”, ya que está formado por material orgánico y cualquier vibración “en el aire o la carretera lo destruiría”.
“Le dije a Beatriz: ‘Insiste porque es una pieza nuestra, de México y somos muy perseverantes. Lo difícil lo resolvemos y lo imposible lo intentamos’”, expresó López Obrador.
El Penacho de Moctezuma, que México lleva décadas reclamando, está compuesto de miles de plumas de quetzal, unidas por centenares de placas de oro.
Aunque se desconoce su origen y cómo llegó a Austria, muchos historiadores asumen que fue un regalo del propio Moctezuma al conquistador español Hernán Cortés, que después se la envió al emperador Carlos I, de la casa de Habsburgo.