CANCÚN.- Pese al sobreendeudamiento y saqueo de las arcas públicas que colocó a Quintana Roo en los primeros lugares de corrupción y opacidad en 2015, y a los recortes este año en las participaciones federales, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ubicó al estado fuera de la alerta de insolvencia que enfrentan 28 entidades del país para pagar sus nóminas estatales.
El auditor especializado en gasto federalizado de la ASF, Emilio Barriga alertó hoy que las nóminas de 28 entidades del país dependen exclusivamente de recursos federales, y estarán en riesgo de no poder pagarse si siguen a la baja las participaciones. Explicó que únicamente tres entidades son capaces de financiar sus gastos personales (sueldos y percepciones), usando sus recursos tributarios y éstos son la Ciudad de México, Quintana Roo y Querétaro.
Por aprobarse antes del 15 de noviembre el Presupuesto de Egresos de la Federación contempla recortes de hasta 40% en varios rubros como turismo, campo, educación, mantenimiento a carreteras y en participaciones federales a los estados. En este contexto varios gobernadores y alcaldes han pedido una redefinición del pacto federal, sobre todo las entidades que como Quintana Roo aportan la mayor parte de impuestos, divisas e inversiones al país.
Quintana Roo, pese a todo, ha mantenido su liderazgo en América Latina recibiendo en los últimos tres años más de 58 millones de visitantes y una derrama económica de casi 40 mil millones de dólares que representa más del 40% de todas las divisas por turismo que entran al país. Mientras el crecimiento de la economía nacional apenas alcanzó el último trimestre un 0.1%, Quintana Roo creció dos veces más que la media nacional y superó en 265% la meta de creación de empleos formales como resultado de una buena gestión económica.
Además de los recortes, en las participaciones federales que recibe Quintana Roo no se cuantifican los más de 30 millones anuales de turistas y migrantes a los que el estado debe dotar de servicios.
No obstante y gracias a que Quintana Roo ocupa ahora el segundo lugar nacional en generación de ingresos propios, con una medición de 71.5 puntos cuando el promedio de los demás estados es de 42.5, pudo sortear el sobreendeudamiento y saqueo de las arcas públicas que distinguió a los anteriores dos sexenios estatales y que dejó casi en la insolvencia a la entidad en la transición política del 2016.