CANCÚN.- Con la construcción y entrada de operación del Tren Maya, la tendencia de deforestación neta en la región de influencia del proyecto aumentará de 9,786 hectáreas por año (ha/año) a 12,189.2 ha/año entre el 2018 y el 2030, lo que significa un incremento de 2,403.1 ha/año con respecto a la proyección tendencial sin el proyecto.
Así lo anticipa el Observatorio de Deforestación Neta Cero en su estudio Más allá del Tren Maya: Proyecciones de deforestación en la Selva Maya, según el cual, en dos escenarios posibles —con Tren Maya y sin Tren Maya— existe una tendencia hacia el incremento de la deforestación, sin embargo, la magnitud de la deforestación neta se duplica con el Tren Maya.
Esto significa que en un periodo de más largo plazo, entre 2030 y 2050, el incremento anual de la deforestación pasaría de las 2,403.1 ha/año a 5,038.83 ha/año, con Quintana Roo concentrando 46.6% de ese impacto, Yucatán el 27.9% y Campeche 22.2%.
Para el periodo 2018-2030, Tabasco es el estado que registrará una mayor tasa promedio de deforestación neta anual (5,038.83 ha/año) y Campeche incrementará su deforestación bruta a 17,328.88 ha/año.
El Observatorio de Deforestación que elaboró este estudio es una iniciativa que da seguimiento a la meta de la Contribución Nacional Determinada: tasa de 0% de deforestación neta para el 2030.
Según el documento, actualmente, según las manifestaciones de impacto ambiental de los siete tramos del Tren Maya, el proyecto solicitará cambios de uso de suelo en un área total de 6,608.37 hectáreas a lo largo de los 1,500 kilómetros de vía férrea, sin embargo, lo que ya se ha impactado en cobertura arbórea en la línea proyectada de la vía suma un total de 679 hectáreas, tan solo con las construcciones asociadas que se han realizado entre el 2018 y el 2021.
Aunado a ello, sin el proyecto, la tasa de incremento poblacional esperada en la zona de influencia del proyecto por decenio es de 1.03%, sin embargo, de acuerdo con las propias estimaciones del gobierno federal, con la construcción del Tren Maya, la tasa de crecimiento anual incrementará en 2% adicional a la esperada.
A partir de este crecimiento acelerado, el Observatorio plantea que se presentan problemáticas derivadas de la dinámica que impondrá el tren, como pérdida de hábitat, fragmentación, atropellamiento y bloqueos de pasos naturales de fauna; conflictos sociales por tenencia de la tierra, desbordamiento la capacidad de gestión de residuos sólidos en las comunidades, desabasto de agua en la zona de Calakmul, riesgo de colapso y degradación de los sistemas kársticos, entre otros.
El estudio reconoce que la deforestación tendencial bruta entre 1986 y el 2018, es decir, antes del Tren Maya, se estimó en 13,188.2 ha/año, mientras que la tasa neta fue de 4,070.8 ha/año, principalmente porque los usos de tierra agrícola y de asentamientos urbanos han desplazado las tierras forestales, sin embargo, con la construcción del tren y su puesta en operación esa tendencia de deforestación se incrementará de manera alarmante.