CANCÚN.- Un grupo de taxistas cerraron la entrada a la Zona Hotelera, para manifestarse en contra del director de la Policía Turística, César Escamilla Pacheco, al que acusaron de extorsionarlos y de incluso delatarlos con el crimen organizado, dando lugar a ejecuciones.
Después de una hora en el Kilómetro Cero, los taxistas alistaron un recorrido por el bulevar Kukulcán, en doble fila.
Los taxistas del sindicato “Andrés Quintana Roo” iniciaron su movilización con una caravana por la avenida Bonampak, para luego ingresar a la Zona Hotelera por el bulevar Kukulcán, la que procedieron a cerrar, al atravesar sus vehículos en los dos carrilles de subida.
Un grupo de inconformes descendió de sus unidades y se congregó en el camellón central, para sacar cartulinas con mensajes en contra de Escamilla Pacheco, señalando estar hartos de las extorsiones de la Policía Turística.
Otro mensaje responsabilizaba al comandante en caso de que los maten o desaparezcan, dando los números de varias patrullas quienes serían responsables de algún hecho de esta naturaleza.
“Fuera César Escamilla. No más colegas muertos, no más cuotas por trabajar. Mototaxis intocables con armas, no les hacen nada y a nosotros nos llevan y nos desaparecen”, se leía en otro de estos carteles.
Los inconformes aseguran que ellos sufren extorsiones de forma habitual, y si no pagan su cuota, son señalados ante el crimen organizado, con riesgo de muerte.
También en la avenida Bonampak salieron taxistas con cartulinas, algunas más explícitas, al señalar a un cártel de crimen organizado, al que son obligados de entregar sus carros para cometer extorsiones y “levantones”.
Después de cerca de una hora, los taxistas decidieron recorrer en caravana la Zona Hotelera, en doble fila, lo que mantendrá a esta importante arteria obstruida.
En el lugar habían algunas patrullas de la Policía Turística, las que de momento no ha intervenido.
Con esta protesta, los taxistas externan de forma pública lo que era un secreto a voces, que los taxistas de la Zona Hotelera son obligados a pagar cuotas al crimen organizado, lo que se ha reflejado en una serie de ejecuciones sufridas por este grupo desde hace meses.
Tanto su sindicato como la Fiscalía han declarado varias veces a la prensa no tener conocimiento de estos hechos.