CDMX.- Los presidentes de Brasil, Colombia y México, las tres potencias gobernadas por la izquierda en América Latina -además de Chile- han sostenido una conversación telefónica para buscar una salida al conflicto poselectoral venezolano, que ya se ha cobrado víctimas mortales en las revueltas populares ante la falta de acuerdo sobre quién ha sido el ganador de los comicios. A raíz de estos contactos, se ha redactado un comunicado conjunto solicitando “una verificación imparcial de los resultados” que respete la soberanía popular emitida en las urnas. Y hacen “un llamado a los actores políticos y sociales a ejercer la máxima cautela y contención en sus manifestaciones y eventos públicos con el fin de evitar una escalada de episodios violentos”. Las protestas y manifestaciones se han sucedido en Venezuela desde que se conocieron los primeros resultados de los comicios.
El redactado conjunto también insta a las autoridades electorales a que “avancen de forma expedita y den a conocer públicamente los datos desglosados por mesa de votación”, una demanda realizada hace ya cuatro días tanto por la oposición como por buena parte de la comunidad internacional. “Las controversias sobre el proceso electoral deben ser dirimidas por vía institucional”, afirma el texto, aunque no se menciona que las instituciones están en manos del chavismo, que lleva 25 años en el poder.
Los tres líderes, Luiz Inácio Lula da Silva, Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador han formado una suerte de frente de izquierdas para mediar en la crisis que vive Venezuela tras el pasado domingo electoral, No hay todavía un recuento fiel de los votos emitidos y se desconoce aún el resultado plasmado en muchas de las actas, pero ambos candidatos se han dado por ganadores en los últimos días, tanto el presidente Nicolás Maduro, como el opositor Edmundo González Urrutia. El asunto se ha enredado y ha suscitado las intervenciones de la comunidad internacional, que reclama un proceso abierto y limpio del que emane un resultado veraz que ponga paz en Venezuela.
Los tres mandatarios, con los que Maduro aún guarda formas diplomáticas, tratan de sortear esta crisis con una salida lo más indolora posible y que facilite un ganador acorde a los procesos electorales democráticos y la legalidad venezolana. En los últimos días, las declaraciones de algunos presidentes de América Latina, en las que daban por ganador a González Urrutia y acusaban a Maduro de falsear los resultados a su favor, han abierto severos choques en la región. Venezuela ha roto relaciones diplomáticas con Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay y ha exigido la salida del país de los embajadores. El resto trata de salvar la situación con templanza. La extensa crisis política venezolana atraviesa sus peores momentos. A pesar del tirante momento entre los gobiernos de Chile y Venezuela, el presidente Gabriel Boric ha lanzado un mensaje en redes sociales en el que afirma que ha hablado con Petro y concuerda con él en que “es fundamental que se respete íntegramente la soberanía del pueblo venezolano y que a la brevedad se trasparenten los resultados de la elección mediante una verificación imparcial”. “Trabajaremos juntos para colaborar en que la paz y la democracia prevalezcan en nuestra América” ha señalado. La ruptura de relaciones se produjo a raíz de las palabras de Boric en las que se mostraba escéptico sobre el resultado que daba vencedor a Maduro y pedía transparencia.
Lula, presidente de Brasil, se ha referido personalmente a las elecciones venezolanas en dos ocasiones desde las votaciones del domingo. Y en cada caso en un tono bien distinto. En una entrevista televisiva el martes, afirmó: “No ha habido nada grave, ni anormal”, minimizando la crisis abierta por las sospechas de fraude. Pero, esa misma tarde, conversó con el presidente Joe Biden, de EE UU, y juntos urgieron en una nota pública a Maduro a probar su proclamada victoria. Biden y Lula reclamaron a las autoridades electorales venezolanas que divulgaran “de inmediato datos completos, transparentes y detallados de las votaciones en los colegios electorales”. Cuatro días después de la votación, no lo ha hecho.
El mandatario brasileño ha impulsado otros movimientos. Envió a Caracas a su asesor diplomático, el veterano Celso Amorim, que se reunió el lunes tanto con Maduro como con el opositor González Urrutia. Y el teléfono del canciller brasileño, Mauro Vieira, está al rojo vivo. Maduro, según Globo, ha solicitado conversar con Lula. El presidente brasileño restableció las relaciones diplomáticas con Caracas al regresar al poder, en 2023, pero su intento de romper el ostracismo del chavismo ha fracasado.