Sin abandonar las emergencias, entre otras áreas críticas de los hospitales, las enfermeras venezolanas realizaban el miércoles un paro de 24 horas. Demandaban aumentos salariales justos y mejoras en los servicios de salud.
El severo deterioro estructural y la deficiente dotación de insumos de las clínicas del país en muchos casos se traduce en la muerte de pacientes.
“Estamos en una situación de hambre y miseria”, dijo Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermeras de Caracas, quien junto a un grupo de manifestantes se apostaron a las puertas del Hospital del Pediátrico J.M. de los Ríos de Caracas para protestar.
El paro se cumple en 20 estados de los 23 del país, informaron los gremios de enfermeras.
Las enfermeras ganan en promedio el equivalente a un dólar y medio como salario mínimo mensual.
Hace un par de semanas se aprobó que su salario mensual incremente. La medida aplicará de manera retroactiva y a partir del 1 octubre su salario mensual es de 240 mil bolívares (poco más de nueve dólares).
Venezuela está sumida en una severa crisis social y económica signada por bajos salarios, deteriorados servicios básicos, alta inflación, escasez y altos costos de alimentos y medicinas.
Según previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), la inflación cerrará el año en 200 mil %.
“Nosotras tenemos la experiencia y las ganas de trabajar, pese a los sueldos de hambre, pero no podemos dar una buena atención cuando no hay luz, no hay agua, medicinas, no hay mantenimiento en los hospitales, los quirófanos están fuera de servicio, a veces ni siquiera hay comida para alimentar a los hospitalizados”, acotó Contreras.
La jornada de protesta fue pacífica pese a que en algunas ciudades se registraron roces entre trabajadores del sistema público de salud y simpatizantes del gobierno.
Contreras denunció que las enfermeras del Hospital Central de la ciudad de Maracay, a unos 150 kilómetros al oeste de Caracas, fueron “agredidas por estos malvivientes llamados colectivos”, supuestos grupos oficialistas armados que suelen amedrentar a los manifestantes.
“Una vez más, los colectivos con violencia pretenden silenciar el grito de hambre y de desesperación de los profesionales de enfermería”, agregó.
Los manifestantes, en su mayoría mujeres, también abogaron por las enfermeras jubiladas, argumentando que sigue siendo insuficiente el reciente incremento de las pensiones aprobado por el presidente Nicolás Maduro.
La pensión, que equivale a un salario mínimo mensual a partir del 1 de octubre, se ubicará en 150 mil bolívares, unos 5.68 dólares al tipo de cambio oficial. Hasta el 30 de septiembre la pensión era de 40 mil bolívares o 2.02 dólares al mes al cambio oficial de entonces.
Las enfermeras jubiladas también son víctimas del colapso del sistema de salud pública y están muriendo porque en muchos casos no reciben la atención que necesitan y pocas pueden seguir al pie de la letra los tratamientos”, dijo Ligia Rojas, una enfermera de 41 años.
Medicamentos para enfermedades crónicas como la insulina, que se usa para controlar la diabetes, los antibióticos, así como el Losartán para la presión arterial alta, son costosos. Todos pasan de los 650 mil bolívares”, unos 24.63 dólares, añadió Rojas.
Activistas han denunciado por años que muchos de los diabéticos e hipertensos que se ven obligados a racionar sus medicamentos, acaban hospitalizados e incluso algunos han muerto. (FUENTE: EL MUNDO)